El problema principal de Huerta fue la creación de una sociedad para no declarar como autónomo y pagar menos, cuando en esa sociedad no había nadie más que él. Sinde indica que es algo que «le ha ocurrido a cientos, miles de personas en estos últimos años, especialmente gente de la cultura». Continúa: «Todos los escritores con premios literarios, arriba de la lista de ventas, actores y actrices conocidos, músicos, directores de cine, productores… La lista es tan larga como profundo el silencio que han guardado estas personas durante las dos legislaturas en las que el ministro Montoro estuvo a la cabeza de Hacienda y no había ministro de Cultura para defenderlos. La gente callaba por miedo, sí, sencillamente por temor a que las garras de Hacienda se hincaran todavía más en su carne. Yo misma tengo miedo mientras escribo estas líneas. ¿Y si por hablar mañana me toca a mí?».
González-Sinde apela a la creación de un Estatuto del Artista, algo que ya había sido apuntado como prioritario por Màxim Huerta y afirma que «constituir una sociedad con la que facturar por los trabajos fue la alternativa de muchos para tener un tratamiento fiscal más favorable y poder ahorrar en los tiempos de vacas gordas, para vivir en los de vacas flacas. Eso no es defraudar ni engañar. Es tributar en un régimen o en otro, pero tributar».
La ex ministra se queja: «es tristísimo comprobar una vez más que en España pertenecer al sector cultural se paga muy caro. Desde el primer día el cuestionamiento de Huerta superó al del resto de gabinete. Deprime también pensar que ha triunfado lo que el Partido Popular se propuso desde el “No a la guerra”: propagar la idea entre la ciudadanía de que los artistas somos unos delincuentes que vivimos del cuento».
Sinde termina hablando del «posterior estrangulamiento por parte de Hacienda del Ministerio de Cultura que administra sus intereses» y termina: «Montoro ha vuelto a ganar la batalla contra la cultura sin necesidad de ocupar su despacho del Ministerio. Pero no somos delincuentes, somos trabajadores como cualquiera».