Gracias a los créditos del single en Spotify encontramos que la canción ha sido compuesta en solitario por María Rodríguez y, en cambio, la oscura producción se atribuye a dos personas llamadas Franklin Rodriguez y José Aníbal Vásquez. Ni en Google ni en Genius hay referencias de otros trabajos o alias de esos artistas, si bien el hecho de que la nota esté ubicada en Miami puede indicar que ha trabajado con productores norteamericanos sin excesivo renombre, coordinados por la propia Mala. De lo poco interesante que explica la promo es que la rapera andaluza continúa trabajando en su álbum, mientras realiza fechas en Europa y Estados Unidos.
También ignoramos quién ha podido dirigir su vídeo, pero sí es obvio que ha sido filmado en España, como evidencian las escenas de unas bailaoras en lo que parece un tablao flamenco
con bien de historia por todas sus paredes, que luego se traslada a unas calles estrechas típicamente andaluzas y una plaza, quizá de su propio barrio, Santa Cruz, en Jerez de la Frontera.
Lo cierto es que, muy posiblemente, todo esto sean cuestiones accesorias para freaks (como nosotros). Lo que importa de verdad es que la Mala, tras un par de devaneos pop, ha retomado su camino de manera poderosa, reclamando un trono, el de reina del rap y la música urbana en español –esas falsetas de guitarra flamenca dicen “yo ya estuve ahí”–, cada vez más asediado por muchas jóvenes que se multiplican por días en esos géneros. ‘Gitanas’, una canción que es también un alegato al feminismo combativo, plantando cara a los agresores con tanta valentía y sororidad como ira (de la misma autora que ‘Nanai’, ‘Mátale’, ‘Egoísta‘…), es un claro y vigoroso puñetazo en la mesa.