Low Festival ha dado este domingo por concluida su edición de 2018, en la que ha celebrado su décimo aniversario. 83.000 personas ha congregado Low Festival a lo largo de sus cuatro días de celebración (siendo los principales el 27, 28 y 29 de julio), confirma el festival.
Puede que Editors ocupara la posición principal en el cartel del domingo en Low Festival, pero el verdadero cabeza de cartel, el grupo al que más gente fue a ver, el que congregó a un número realmente impresionante de gente, fue sin lugar a dudas Izal. Era de esperar dada su popularidad y el grupo ofreció un concierto a la altura de su relevancia actual, apoyado además por una atractiva puesta en escena de luces presidida por un semicírculo que proyectaba colores e imágenes. Como ya comenté en mi valoración de ‘Autoterapia’, las letras de Izal me resultan melodramáticas, simples y vacías, pero no se puede negar que el grupo sabe componer canciones distintivas y memorables, como ‘Pausa’ o esa ‘Pequeña gran revolución’ que Mikel Izal cuenta compuso hace cinco años y medio para su hermana, en ese momento embarazada. Izal despliega un setlist dinámico en el que caben ritmos acelerados y bailables, baladas y el sonido de un ukelele, destacando una ‘El pozo’ que claramente produce el momento cumbre del set. Por otro lado, Mikel realiza un pequeño discurso abogando por la “libertad de expresión y la libertad sexual” en estos “tiempos extraños” en los que prima el “miedo”, que puede tener o no que ver con la polémica por acoso sexual que le ha afectado recientemente. Foto: Javier Rosa
Tras el concierto de Niños Mutantes, que como el de Los Planetas supone un emotivo reencuentro con algunas de las canciones más emotivas que ha producido el indie nacional, aunque en este caso el grupo granadino presentaba además nuevo EP, ‘Diez&Medio’, del que cayó el tema principal, ‘Sin pensar’, fue el turno de Editors
. La banda de Birmingham anuncia su llegada al escenario con una curiosa canción, ‘Gimme Gimme Gimme’ de ABBA. La canción resalta el contraste con el estilo sombrío del grupo y pone los ánimos por las nubes, pero desde luego no prepara a nadie para el sopor de concierto que se avecina. No, no soy fan de Editors y su directo me reafirma en mi posición que es un grupo sobrevalorado con muy pocas canciones memorables. Supone un gran esfuerzo adaptarse a la épica inflada de un grupo que, como Muse, pero con menos repertorio, emplea melodías pseudo heroicas y drama efectista por doquier para suscitar la emoción más faciloide en el público, y Editors presenta canciones como ‘Formaldehyde’, ‘Sugar’ o ‘Cold’ como si fuera un grupo de magos con poca habilidad para disimular sus trucos de humo. El ritmo disco de ‘Ocean of Night’ salva un poco los muebles, pero llega demasiado tarde. Si Editors se pareciera más a Abba…Kakkmaddafakka presentan buen rollo desde la primera canción a la última. Frente al dibujo de una casa de colores en medio de un bosque que les sirve de sencilla pero adorable puesta en escena, el grupo busca el baile alegre y el público responde en canciones como ‘Neighborhood’, ‘Is She’ o la tropical ‘Boy’, de cuestionable letra sin embargo (“boy, stop acting like a girl”, ¿en serio?). No llego a entender la obsesión de Kakkmaddafakka con ellos mismos, ya que uno de sus integrantes llega a enarbolar una bandera con el nombre del grupo escrito y el grupo no deja de gritar al público que grite “Kakkmadafakka” cada dos canciones cual secta. ¡Que ya sabemos quien sois, por eso hemos venido! Les perdonamos porque se marcan una inesperadísima versión de ‘Believe’ de Cher para terminar que resulta un verdadero puntazo y una muy necesaria reivindicación.
A Vive la Fête le perjudica muy claramente actuar a una hora tardía, las cuatro y media de la mañana, cuando una gran parte de la asistencia al festival ya está regresando a sus apartamentos u hoteles para descansar. Y es una pena porque el grupo belga ofrece un concierto vibrante y divertidísimo en el que demuestra con creces por qué es uno de los grupos más importantes que produjo el denominado dance-rock durante la pasada década, en su caso gracias a canciones estelares como ‘La vérité’, ‘Décadanse’ y más hits incontestables de su repertorio. ¡Y qué comandante tan carismática es Els Pynoo! Sin duda el grupo mereció más ambiente, porque su set es una verdadera fiesta.