Una variedad que se confirma hoy con las primeras escuchas del álbum, con momentos bailables, (en la manera en la que lo entendería St Vincent, una de las referencias más recurrentes al hablar de Mitski) como ‘Why Didn’t You Stop Me?’, coloridos como ‘Me and My Husband’, volcánicos como ‘A Pearl’ o ‘Remember My Name’ y reposados como ‘Two Slow Dancers’, el tema que cierra dramáticamente el disco.
Precisamente nos centramos hoy y destacamos como canción del día este tema, que fue presentado hace una semana como el último avance antes del lanzamiento. Una balada ensimismada que, además, contiene buena parte de la carga lírica de ‘Be The Cowboy’: Mitski, como explicaba en su extensa nota de prensa
, recrea en él un personaje, una mujer madura que, tras años de “engaños”, decide romper con lo establecido.Y este hermoso tema ambiental, con el único acompañamiento de un órgano, dibuja a una pareja adulta bailando una lenta en el gimnasio de su antiguo instituto. Un frustrado amor de juventud que se reúne años después a sabiendas de que lo suyo terminará de una vez para siempre tan pronto acabe la música: “sería cien veces más fácil / si fuéramos jóvenes otra vez / Pero, tal y como es / Como es / Sólo somos dos bailando lentamente, los únicos que quedan”. Con este precioso tema, que uno puede imaginar sonando en alguna escena de ‘Twin Peaks’, Mitski se corona como fabulosa cronista de la vida adulta y dota a ‘Be The Cowboy’ de ese aura de “álbum destacado de 2018” (las primeras críticas publicadas ya lo auguran).