El tema principal de ‘Suspiria’, cuya banda sonora de hecho se reeditó el año pasado con motivo de su 40° aniversario, es uno de los más icónicos de la historia del terror. Sin embargo, Thom Yorke ha afrontado la música de la nueva versión de la película a cargo de Luca Guadagnino, ya sin Miguel Bosé, de manera totalmente diferente. No suena tanto como una nana tras la cual la protagonista ya nunca será la misma, rodeada de fuerzas del mal, sino como la de un adulto que se enfrenta a su final.
Guiada por unos sencillos acordes de piano en tres por cuatro, “el vals” ‘Suspirium’ es una tremebunda canción totalmente atemporal, accesible como poquísimas canciones de Thom Yorke en solitario, y decorada por una preciosa flauta que nos sitúa más bien en algún territorio pastoral, transitado por The Free Design a finales de los 60, o Vashti Bunyan a principios de los 70. No andan lejos esos Cat’s Eyes que recientemente también han puesto música a bandas sonoras inspiradas en historias de aquellos tiempos; mientras la letra de Yorke se divide en tres estrofas sin estribillo (el verdadero gancho es el piano).
La primera se pregunta qué será de nuestros cuerpos en la salvación y habla de oscuridad; la segunda habla de “bailar” en referencia a la temática de la película y de “viejas canciones” que nunca han dicho la verdad; y la tercera es una pregunta quizá post mortem: “cuando llegue, ¿vendrás a mi encuentro o, entre la multitud, serás uno/a entre ellos». Una bonita canción cuyo final especialmente vuelve a ligar a Yorke con PJ Harvey, en concreto con la de ‘White Chalk’.