Veronika Nikulshina y otra persona que iba con ella de su círculo de amistades fueron detenidas por «agentes anti-extremistas» cuando se encontraban conduciendo por el centro de Moscú. Según la policía, «se negaron a dejar registrar su coche como parte de una investigación anti-terrorista», por lo que hubieron de ser «detenidas». Al mismo tiempo, el activista Peter Verzilov también está bajo custodia tras ser detenido al abandonar su casa.
Ambos han pasado la noche en comisaría, a la espera de que la vista que tendrá lugar hoy. Pussy Riot tuiteaban ayer por la tarde que la policía «no tenía absolutamente nada» de lo que acusar a sus dos miembros, y que simplemente todavía están cabreados por la acción del Mundial de Fútbol.