El videoclip es simplemente una explotación de la potente imagen de Ryjlen, recibiendo golpes, cargando con una bola de espejo, mascando chicle o maquillándose, y por tanto recordando a una suerte de versión femenina de ‘Numb’ de U2. Pero aquí la composición es lo importante, más inmediata aún que la anterior, y situando a Eva definitivamente en el lado más accesible, pop y urgente de la primera Christina Rosenvinge.
Eva Ryjlen parece cantar a una ruptura con alguien (“te he esperado detrás de esta puerta como un millón de años y estoy cansada”, “he guardado todas las palabras que cruzamos y se me atragantan”), si bien con el deseo de pasar página muy presente en el gran pre-estribillo: “ya no me importa si vuelves / da igual si desapareces”. A continuación, el que puede ser el estribillo más certero de su carrera y uno de los mejores estribillos rockeros del año: “Sólo puedo caer dentro del vacío, gritar hasta el infinito / sentir que nada es lo mismo, que ahora todo es mejor”. El disco de Eva Ryjlen se llama ‘Violencia posmoderna’ y sale el 28 de septiembre.