Así que tiene sentido que el viaje que haya emprendido Paul McCartney en ‘Egypt Station’ sea el de la sencillez. Ilustrado con un cuadro realizado por él mismo en 1988 y con cierta querencia conceptual en la que cada pista quiere ser una «estación», una parada; el álbum presenta sentimientos tan cotidianos y sencillos como el simple hecho de sentirse mal de repente sin razón alguna (‘I Don’t Know’), la preferencia del amor sobre el consumo de drogas (‘Happy With You’) o el retrato del fin del amor y de la amistad (‘Confidante’).
En esa búsqueda de la inmediatez, Paul McCartney a menudo se ha quedado demasiado en la superficie. Sus letras han tendido siempre a lo sencillo, pero da la sensación de que aquí se ha quedado corto tanto hablando de amor («¿quién se preocupa por ti? ¡yo!» dice secamente ‘Who Cares’) como por supuesto hablando de política, llegando a sonar blando, como en ‘Do It Now’. En ‘People Want Peace’ reconoce abiertamente que su «mensaje es simple», y que «sabe que ya lo has oído», pero afirma que «viene directo del corazón». Y en la aventurera ‘Despite Repeated Warnings’, sobre el cambio climático y dirigida a Trump, plantea: «¿cómo podemos detenerle? ¿Cogiendo las llaves y encerrándole? Nos salvaría el día». Mensajes demasiado básicos que funcionan cuando tienes una melodía capaz de conmover a varias generaciones como la de ‘Yesterday’ o ‘Let It Be’, pero que no deja igual resultado precisamente en las hasta 16 pistas que componen esta línea de metro o tren. Pistas como ‘Hand In Hand’ -con solo de flauta india- o ‘Dominoes’, que parecen sosas al principio, es cierto que crecen con las escuchas y terminan resultando monas… pero solo para ser olvidadas en un cajón días después.
Macca y su equipo probablemente se han visto incapaces de seleccionar las mejores pistas entre curiosidades como la cuestionable ‘Back In Brazil’, la canción final en tres partes ‘Hunt You Down/Naked/C-Link’ (con una de las letras más complejas, precioso ese «siempre he estado desnudo») o esas canciones de rock tipo ‘Who Cares’ y ‘Caesar Rock’ que aligeran el peso entre tanta balada.
Y luego está lo de ‘Fuh You’, el polémico segundo single del disco tras la doble cara A que supusieron ‘I Don’t Know’ y ‘Come On To Me’. Si esta última tenía doble lectura sexual, qué decir de esta canción en la que ha tenido que explicar que «fuh» no es necesariamente «fuck», si bien admite que el juego de palabras es incluso «patético» y «una broma entre críos». «Tampoco pretende ser Shakespeare, sino ser una canción popular», indica sobre esta pista nivel Clean Bandit con Demi Lovato. La cuestión es que Greg Kurstin (Adele, Lily Allen) ha producido todo el disco excepto esta, de la que se ha encargado Ryan Tedder, y se está llevando al mismo tiempo todo el streaming y todos los palos. ‘Fuh You’, sin duda, es lo más contagioso del álbum, en otra mano sin duda habría sido un hit en radio, pues está en la onda de Foster the People o Bastille, y nos hace preguntarnos cómo habría sonado todo este disco de haber seguido por ahí. Tampoco es que fuera a ser lo más raro que ha grabado el artista.
Calificación: 6,2/10
Lo mejor: ‘Fuh You’, ‘Come On To Me’, ‘Despite Repeated Warnings’
Te gustará si te gusta: Fleetwood Mac, Wings… en general el rock de los 70
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