Televisión

4 razones por las que ‘Patrick Melrose’ debería ser la serie del otoño

Ni HBO ni Netflix: la mejor propuesta televisiva para este otoño viene de la mano de ShowTime. Sky España acaba de estrenar ‘Patrick Melrose’, una miniserie 4 veces nominada a los Emmys de este año (no se ha llevado ninguno, eso sí), de tan solo cinco capítulos, basada en la adaptación de las novelas de Edward St. Aubyn. Patrick es un aristócrata inglés con una infancia tremenda, alcohólico y adicto hasta la extenuación a todo tipo de drogas, mientras la serie tiene el morbo añadido de tener un tinte semiautobiográfico y de recrear temas de actualidad. En este artículo repasamos las 4 razones por las que hay que reivindicar ‘Patrick Melrose’.

El reparto

El Emmy se ha ido de las manos al cásting y de hecho solo Benedict Cumberbatch estaba nominado. Una pena, pues el elenco es sobresaliente, con interpretaciones magistrales como la de Hugo Weaving y la de la radiante Jennifer Jason Leigh, en su momento nominada a los Óscar por su memorable papel en ‘Los odiosos ocho’ de Tarantino. Un reparto que puede poner contra las cuerdas a Benedict Cumberbatch como protagonista, pero como ya hemos comprobado en otras ocasiones, antes incluso de su nominación también a los Óscar por ‘The Imitation Game’, él sale reforzado ante el nivel competitivo de sus compañeros. Nos tenemos que remontar a ‘Trainspotting’, a Leornardo Di Caprio en ‘Diario de un rebelde’ o a la más reciente ‘El lobo de Wall Street’ para ver viajes tan salvajes de colocón máximo.

La ambientación

La historia de Patrick transcurre a lo largo de varias décadas, recreando estéticas que van de los primeros 60 a casi los años 2000, detalle que hará las delicias de los amantes a un buen vestuario. Además tenemos como valor añadido el hecho de estar ambientada casi en exclusiva en tres puntos geográficos. Con solo mencionarlos la boca comienza a salivar: una luminosa campiña al sur de Francia; la oscura vida nocturna de Nueva York; y Gran Bretaña, con epicentro en la vida social aristocrática de Londres como telón de fondo.

Los temas que aborda

Y la forma en que son tratados. Llevamos ya muchas series dedicadas al negocio del narcotráfico, su blanqueo, la producción, la distribución… pero parece no existir el consumidor habitual, el esporádico, el que consigue desintoxicarse y el que no; cómo afectan en el entorno familiar, los complejos de culpabilidad o su vinculación a distintos grupos sociales…. El guión de David Nicholls bajo la dirección de Edward Berger (‘Deutschland 83’), a pesar de flojear en el segundo capítulo con el consiguiente riesgo de perder espectadores, proporciona las claves para llegar a esos caminos embarrados, gracias a unos diálogos audaces, de vértigo en cuanto a agilidad mental, derrochando humor socarrón y una crítica feroz hacia las clases altas, o por el contrario a los jetas que viven de las donaciones y la beneficencia. Patrick es puro nervio y tiene para todos.

El factor humano

El factor humano infinito en un entorno familiar tormentoso es otro de los puntos clave de la serie: hay varias ocasiones en que te preguntas cómo es posible que no se estén matando los unos a los otros. Varios son los personajes que sufren y ejercen comportamientos propios de un verdugo, siendo a la par juez y parte, pero aquí no hay delimitaciones rigurosas de buenos y malos. El calvario de los personajes no impide vislumbrar que, al final del túnel, las víctimas vean luces para recomponer sus inseguridades. Parafraseando a The Killers, «Are we human? Or…». 8,5.

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Publicado por
Sr. John