‘Double Negative‘ es uno de los discos más ambiciosos y arriesgados de su carrera, muestra de que la inquietud de la banda no se ha ido a ningún lado con el paso de los años, y precisamente por ese carácter experimental, es curioso que el disco se cierre (y no se abra) con una de sus canciones más inmediatas. El álbum se presentó con 3 canciones como triple sencillo, ‘Quorum’, ‘Fly’ y ‘Dancing and Blood’, pero ha sido el cuarto single ‘Disarray’ el que mejor ha entrado por los oídos.
Marcada por un ritmo repetitivo y machacón que se clava en el cerebro, ‘Disarray’ no renuncia a las maravillosas armonías vocales de Mimi Parker y Alan Sparkhawk, que se lucen especialmente en el tramo final, pero lo verdaderamente llamativo es su concesión a la electrónica, que seguro que tiene mucho que ver con el hecho de que en esta era hayan colaborado con el productor e ingeniero B.J. Burton, quien a su vez ha trabajado con James Blake. Low han creado este brumoso y atormentado fondo que da título al tema («disarray» es «desbarajuste», «confusión», «desorden» aquí absoluto) para hablar de «espíritus malignos» y «drogas» que nos acercan al mal, capturando perfectamente un estado mental de todo menos bonito. Y aun así, cabe la esperanza: es lo que nos transmiten las voces de Mimi y Alan, su mención a la posibilidad de «vivir de otra manera» y sobre todo una melodía estupenda, que está ahí, no tan al fondo, como lo ha estado casi siempre en su larguísima carrera.