Sin embargo, quizá no muchos sepan que Wilson se había labrado una extensa carrera como secundario de gran pedigrí en Hollywood. De hecho, su trayectoria comenzaba 50 años atrás con dos películas emblemáticas: ‘En el calor de la noche’ de Norman Jewison (1968) y ‘A sangre fría’, la adaptación de la novela de Truman Capote que realizó Richard Brooks en 1967, en la que Wilson interpretaba nada menos que al asesino Dick Hickock.
Al margen de esas películas, Wilson fue actor fetiche para William Peter Blatty, que le escogió para interpretar papeles cruciales en ‘El exorcista III’ y ‘La novena configuración’, con la que consiguió su única nominación a un Oscar Globo de Oro en 1981, por supuesto como actor de reparto. Además de series como ‘CSI: Las Vegas’ o ‘The OA‘, ’Elegidos para la gloria’, ‘Pena de muerte’, ‘La teniente O’Neil’, ‘Pearl Harbor’, ‘Monster’, ‘El último samurái’, o ‘Hostiles’, su última aparición cinematográfica, se cuentan entre los títulos célebres en los que Scott Wilson trabajó. El veterano intérprete también era muy conocido por su faceta activista por los derechos de sus compañeros, que desempeñaba desde el Sindicato de Actores de Hollywood.