Así, preguntada por cuáles son sus próximos pasos profesionales tras terminar su ‘Witness Tour‘ –que pasó por Barcelona meses atrás–, Katy asegura que romperá el ciclo disco-gira-disco en el que lleva inmersa 10 años, ininterrumpidamente: “He estado 10 años en la carretera, así que me lo voy a tomar con calma. No voy a ir directa a hacer otro disco. Siento que ya he hecho mucho. Siento que he tocado la campana de ser estrella del pop muy fuerte, y estoy muy agradecida por ello”. «El plan» era este.
A continuación, preguntada específicamente por ese “paso atrás”, dice “sabía lo que quería hacer desde que tenía 9 años, así que todo lo demás se volvió secundario. No presté atención a nada más que mis habilidades (…). Pero ya no me siento con si estuviera jugando; simplemente me siento una artista. Creo que no tengo que demostrar nada, lo cual es un sentimiento liberador”. También dice que este último año –en el que ha tenido que afrontar cruentas críticas y el mayor flop comercial de su carrera, todo ello por el bastante potable ‘Witness’– ha trabajado mucho en mejorar su salud mental, “su parte emocional y espiritual”. Cita como un gran apoyo a su familia y a su novio, Orlando Bloom, que “están orgullosos de mí pero no me tienen en un pedestal”. “Todo el mundo es muy normal [a mi alrededor]”.