Cine

‘La noche de Halloween’ va más allá del simple homenaje y es la gran secuela que merecía la original

Han pasado ya 40 años desde que John Carpenter dirigiera la que se convertiría en su obra de mayor repercusión, ‘Halloween’, todo un clásico del cine de género que sentó las bases del slasher. A raíz del éxito de esta, se han hecho a lo largo de los años varios intentos por recuperar la historia de Michael Myers, aquel niño que con seis años mató a su familia y que 15 años después se escaparía del psiquiátrico donde le ingresaron para volver a su pueblo natal en la víspera de Halloween. En esta nueva entrega, una secuela directa de la original que ignora los hechos sucedidos en el resto de películas, Jamie Lee Curtis, protagonista de la saga, regresa a su mítico personaje de Laurie Strode cuatro décadas más tarde. No ha podido superar el trauma de presenciar cómo Michael mató a todos sus seres queridos en 1978, así que vive en un constante estado de alerta, especialmente cuando se acerca la noche del 31 de octubre.

David Gordon Green ha demostrado en distintas ocasiones ser un director de lo más ecléctico, situándose siempre en el línea entre el cine indie (‘George Washington’, ‘Joe’) y el cine directamente comercial (‘Stronger’, ‘Superfumados’). ‘La noche de Halloween’ pertenece a ambos grupos, pues es una película hecha con tan solo 10 millones de dólares que está batiendo récords de taquilla. No es extraño, ya que es todo un regalo a los fans de la original y tiene la calidad suficiente para ir mucho más allá del simple homenaje. El director captura de manera fresca la esencia de la de Carpenter (quien aparece acreditado como productor ejecutivo) y mantiene un respeto enorme por el espíritu de los slashers de los años 70. Aunque Gordon Green sabe que ese modelo de hacer cine no funcionaría de la misma manera si se hiciera actualmente, de modo que aporta un inteligente giro a la historia que le sienta de maravilla.

La película comienza cuando dos periodistas acuden al centro psiquiátrico donde se encuentra interno Michael Myers para tratar de hablar con él. Tras esa primera secuencia aparecen los títulos de crédito con la emblemática música compuesta por el propio Carpenter. Durante toda la película el uso de la banda sonora denota un buen gusto notable, ya que evita a toda costa ser obvia pero crea tensión continuamente, logrando así que cuando los sustos llegan (que los hay), sea cuando menos nos los esperamos. Y la manera de rodar algunas secuencias como la del baño o el encuentro final, es verdaderamente prodigiosa. Pero de las cosas más brillantes –y difíciles- de esta nueva ‘Halloween’ es que la mezcla de géneros con la que juega en ocasiones funciona de forma explosiva. Sabe pasar de ser muy graciosa a terrorífica (como en la memorable escena con la niñera) sin dejar de ser ninguna de las dos cosas. Todo es puro entretenimiento y disfrute, ya no solo ver que al fin una secuela de la saga está realizada con tantísimo cariño, sino también volver a ver a Jamie Lee Curtis –que seguro que se lo pasó en grande en el rodaje- estando tan convincente planeando su venganza final.

Otro aspecto que no se puede pasar por alto es el fuerte componente femenino que tiene la película. La original fue una de las primeras que ayudaron a construir el prototipo de “final girl” (la chica que sobrevive al final de la masacre) en el cine de terror, pero no se puede decir que su intención fuese empoderar a las mujeres. En esta nueva sí, y también hay sororidad entre las distintas generaciones de las protagonistas. Gordon Green actualiza todo para que sea una cinta absolutamente contemporánea sin olvidarse de aludir a la nostalgia setentera. Aunque es cierto que se le pueden poner pegas, ya que el guion deja algunos cabos sueltos (y no parece que de forma intencionada), realmente poco importa. Tiene todo lo que se le puede pedir a una buena película de terror: buenos sustos, sangre y mucha diversión. 7,5.

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Publicado por
Fernando García