Twenty One Pilots / Trench

Preparando la reseña de ‘Trench’ me di cuenta de una cosa: en los foros de JENESAISPOP no existía, a pesar del tremendo éxito de sus últimos discos, hilo propio para Twenty One Pilots hasta hace dos meses, cuando el usuario @ecosengris decidió crearlo, entusiasmado con los últimos adelantos de la banda. El pobre no pudo contagiar ese entusiasmo al resto de foreros, que echaron pestes del grupo: “la música no está mal, pero el envoltorio repele” decía uno, mientras otro zanjaba con un “pop para heteros” (respondiendo el creador del hilo con un maravilloso “yo solo sé que soy maricón y me gusta”). Cuento esto no porque me parezca gracioso el flop nivel ‘Bionic’ de ese hilo -que también-, sino porque no es en absoluto algo exclusivo de los usuarios de nuestra web: es bastante representativo de lo que Twenty One Pilots simbolizan para gran parte de quienes realmente podrían ser público potencial (la importancia del “envoltorio” del que hablaban en ese hilo está ahí) y es también representativo del gran aprecio (#no) que le tienen en los medios especializados como Pitchfork, que no se ha molestado en reseñar ninguno de sus álbumes, pero sí tuvieron que sacar la noticia de que el vinilo más vendido de 2016 fue el suyo. Es un recelo parecido al que existe hacia Imagine Dragons (o, salvando las distancias, Maroon 5) como grupo superventas (también en España) que suponemos en la antítesis de la música independiente… pero la cosa es que realmente Tyler Joseph y Josh Dun no han estado tan lejos de lo independiente como se cree.

El dúo de Ohio autoeditó, de hecho, sus dos primeros discos: su debut homónimo en 2009, y ‘Regional at Best’ en 2011. Ya dentro de Fueled by Ramen –la rama de Warner que lleva también a Paramore, All Time Low o Panic! At the Disco–, publicaron ‘Vessel’ y el disco con el que conocieron la fama que tienen ahora: de ‘Blurryface’ salieron los megahits ‘Stressed Out‘ (#2 en Billboard, solo contenida por ‘Love Yourself’) y ‘Ride’, que meses más tarde coincidirían en lo alto de la lista de Billboard (porque allí seguían, sí) con ‘Heathens‘, el tema que sacaron para ‘Escuadrón Suicida’. Su condición actual de grupo mainstream no les impide marcarse algo que no esperaríamos de una banda de estas características como es el hecho de marcarse un disco conceptual sobre salud metal y continuos simbolismos sobre los demonios interiores del cantante y cómo lucha contra ellos.

Si ya ‘Blurryface’ hacía esto, en ‘Trench’ lo llevan más allá, creando un universo propio: la historia de DEMA, una ciudad perdida en la que, como si de ‘Perdidos’ se tratase, hay buenos, malos y neutrales, y entre todos representan (a través de sus videoclips) la propia mente, los miedos, la depresión y la incapacidad de aceptar ayuda, las adicciones a sustancias, etc. Precisamente como en la serie de JJ Abrams, a los de Ohio les encanta aderezar toda esta mitología con easter eggs y distintos guiños para sus fans, que llevaban recibiendo pistas mucho tiempo atrás. No es de extrañar que, para unir todo esto, Tyler necesite muchas palabras y, como él mismo explica

, es por esto por lo que usa el rap, más como herramienta que como parte del hip hop: “gran parte de la cultura hip hop es ver a los raperos intentando demostrar algo, y yo no intento demostrar nada, solo intento decir algo; la verdad es que ni siquiera me considero un rapero, lo que pasó es que escribía tanta poesía, tenía tantas palabras y quería ponerlas en una sola canción”. Decir abiertamente que no te consideras un rapero aunque rapees tampoco es algo común en un grupo cuyo anterior disco vendió casi dos millones de copias en 2016.

Y es que, aunque ese lado de la cultura hip hop no case con Tyler, es cierto que el rap y las bases de sonido clásico son una parte clave del estilo de Twenty One Pilots, mezclado con pop, rock y toques de electrónica. En este disco, además, el dúo toca un poco de todo sin que eso trastoque su cohesión a nivel narrativo: tenemos el tinte reggae de ‘Nico and the Niners‘ poco después del final hardcore a gritos en ‘Jumpsuit‘, la funky ‘In My Blood’, el rap melódico de ‘Neon Gravestones’ o la más cercana a Police que nunca ‘Cut My Lip’ (con unas gotas de psicodelia que le sientan de maravilla), todo ello en el mismo disco que la más tradicional (y muy efectiva) ‘The Hype’. La banda consigue aunar todo esto con un equipo de producción bastante más escueto que en el anterior disco, donde había cinco productores: aquí todo está en las manos del propio Tyler y de Paul Meany, vocalista de Mutemath.

Hay, claro, momentos más inspirados que otros, y es cierto que temas como el propio single ‘Nico and the Niners’ se hacen un poco pesados, y que el tener, como decía Tyler, muchísimo contenido de letras hace que en muchas ocasiones lo mismo se pueda contar con menos, pero esta intensidad ofrece también momentos más acertados, como la identificación en ‘Chlorine‘ de la música y la creación como algo que duele pero que a la vez sana, o el componente de lealtad en ‘My Blood‘, las posibles referencias a la romantización de enfermedades mentales en ‘The Hype‘ o la optimista ‘Cut My Lip’, encargada de motivar a sus fans con ese “I don’t mind at all, lean on my pride / lean on my pride, I’m a lion”. ‘Trench’ es, por tanto, con sus defectos, un buen disco, posiblemente el mejor de Twenty One Pilots y un álbum para escuchar sin dejarse llevar por “el envoltorio”. Si estás abierto a conocer a un grupo cuyo estilo es a su vez una fusión de distintos estilos y que en su mejor momento de popularidad deciden hacer un disco conceptual tomando ellos el mando creativo (para lo bueno y para lo malo), puedes encontrar muchas cosas interesantes.

Como os contamos, Twenty One Pilots presentarán ‘Trench’ el año que viene en España, primero en el BEC! de Barakaldo, el 15 de marzo, y después en el WiZink Center de Madrid, el 16 de marzo. Las entradas están disponibles en Ticketmaster.

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Publicado por
Pablo Tocino