De ahí parece provenir el sonido con apariencia de tuba que abre ‘Claro que sí’ y que se mantiene casi omnipresente en todo el tema, intrincado y lleno de capas, que tiene cierta conexión con sonidos latinos (“mambo electrónico”, en sus palabras) y efectos propios del dub, que les conectan con la faceta más abstracta de sus amigos Single. En lo lírico, se mantiene la conexión con otros grupos que han acogido en su sello –como Chicho y Chica o Feria– a través de una letra que tiene detrás de su asertividad una historia bastante curiosa que ellos mismos explican:
“El título y la letra de la canción surgieron como respuesta a un mensaje de Twitter en el que, después de un concierto nuestro en un festival en Ciudad de México, alguien se quejaba de nuestra aparición en el escenario y describía lo que hacemos como «joterías bobas». Sin saber muy bien qué significaba pero intuyendo que se trataba de algo peyorativo, respondimos con un simple «Claro que sí». Seguramente sería un insulto, pero qué bonito sonaban esas palabras juntas. Luego supimos que «joto» es el término usado en México y otros países de América para lo que en castellano sería «maricón». Así que, a golpe de insulto reapropiado ya teníamos nombre para un disco y para la canción que iba a inaugurar esta nueva etapa”.
Esa manera de convertir un insulto en virtud («te gustan los cantantes que se enfadan y lloran / y lo nuestro te parecen joterías bobas / pues claro que sí»), de enorgullecerse de él, redunda con esas voces de amigos de diferentes nacionalidades repitiendo el título con la expresión propia de su lengua. Todos ellos aparecen además en un videoclip en el que sus caras, las de sus amigos y también las de sus iconos (Saint Etienne, Elizabeth Taylor, Anthony Perkins, Mecano, Terenci Moix, Lidia Damunt) son digitalizadas y manipuladas de manera extrema, al ritmo de la música.