Nacida hace 23 años en París en una familia franco-argelina, con tan sólo tres años se trasladaba con sus padres a San Francisco, donde creció y se educó. Desde niña se interesó por la música y se formó durante años. Su gran espaldarazo llegó en 2017 tras ganar una especie de beca del prestigioso Songwriters Hall of Fame. Como si se alinearan los astros, su single ‘High Highs to Low Lows’ –un juego de palabras con su nombre de pila, claro– triunfó sin promoción: la viralidad hizo que este medio tiempo de bajos profundos se propagara por todas partes, hasta superar los 6 millones de reproducciones en Spotify.
A partir de ahí, siguió mostrando sus credenciales en singles como ‘Brooklyn Love’, ‘Blue’ o ‘Challenge’, en los que ocasionalmente deja retazos de “charme” francés –recordando, curiosamente, a Lana del Rey–, cantando en su lengua materna o con giros vocales que muestran que creció escuchando tanto a Jacques Brel o Edith Piaf como a Aaliyah o Brandy. Ahora, con este ‘Jade’ incluido en un doble single titulado ‘Ocean Beach’ y una gira que emprende por toda Norteamérica, su carrera podría dar un vuelco. Y aun más si, en una carambola improbable, gana un Grammy por su trabajo en el debut de H.E.R., nominado a Álbum del Año–.