Tras formar parte de Juliette et les Indépendants de nuevo con Mirwais, Coen dedicó el resto de los 80 a centrarse en componer material propio. Mientras su compañero de Modern Guy Guillaume Israël escribía algunas canciones para la superestrella Lio, Coen colocaba un tema titulado ‘La tour de Londres’ con el grupo Luna Parker (responsables del éxito ‘Tes états d’âme Eric’), grabado en 1988.
Cinco años después llegaría su oportunidad: el sello Columbia le edita su disco de debut. En él, Coen vuelca años de trabajo y de composiciones brillantemente refinadas durante ese proceso: el resultado es uno de los mejores discos de pop francés de los 90, y un claro precursor de la fórmula que Benjamin Biolay perfeccionaría casi diez años después: clasicismo melódico, orquestas suntuosas, e interpretaciones tan susurradas que el cuello de la camisa tiene dificultades para entenderlas. ¿Un ejemplo? La brillante ‘Roy Bean’.
Pero es ‘La tour de Pise’ donde reside el corazón latiente de este debut homónimo. Resulta, de entrada, una milagrosa reconstrucción de ‘La tour de Londres’ de Luna Parker: fuera estridencias ochenteras, fuera -sorpresivamente- el puente… y dentro intimismo, instrumentación cálida y palpitante, y un ambiente trémulo y completamente embriagador. Mientras guitarras acústicas tañen su arpegio mágico y las escobillas conducen la canción, Coen susurra estrofas de imaginería romántica (Romeo y Julieta, escenas al pie de la Torre de Londres) que devienen simbolistas (“para mezclar mi gin-fizz has añadido una rodaja / de lágrima en la coctelera / has perdido tu camisa y yo he cogido una chaqueta / del armario de tu corazón”). La melodía es simplemente colosal en su fragilidad.
Por si todo esto no fuera suficiente, en el plano visual encontramos la auténtica guinda. Un vídeo hermosísimo, lleno de ingenio, obra del gran Michel Gondry, en el que la lírica de Coen se transpone en poesía visual: cada palabra de la letra de la canción es hallada por la infatigable lente del director entre los carteles luminosos, de pintura y de neón del París de los primeros 90, en una suerte de homenaje al ’Zorn’s Lemma’ de Hollis Frampton.
En los compases finales, durante el bello último verso (“Veinticuatro imágenes muy borrosas / por segundo de amor loco”), aparece una evocadora segunda voz de mujer, con un registro agudo reminiscente de la mejor Jane Birkin o Mylène Farmer. Pertenecía a Myriam Roulet, excéntrica cantante conocida como RoBERT, por cierto uno de los secretos mejor guardados de la escena francesa alternativa (recomiendo su estupenda ‘Les Jupes’, con un vídeo dirigido en 1992 también por Gondry).
La suerte, sin embargo, no sonreiría a Coen. Tras un error en la fabricación del álbum que lo dejaría sin número de referencia -causando grandes problemas a la distribuidora y las tiendas- su recepción entre el público fue discreta. Una serie de accidentes de moto en los siguientes años tampoco ayudaron a la consolidación de su carrera. Mientras su excompañero Mirwais tocaba el cielo produciendo dos discos y medio de Madonna en la nueva década, Jean-François que no volvería a editar un disco hasta 2004 (el por otra parte brillante ‘Vive l’amour’).
En similar ciclo reclusivo, Coen volvió a permanecer inactivo otra década más, hasta el año pasado. En 2018 su errático e intermitente Facebook anunciaba un maxi de 12” a dúo con la fotógrafa y artista Txiki Margalef. Su tema principal -el acusatorio ‘Tout est de ta faute’- logra, con tan solo tres acordes en hipnótica repetición, recordarnos por qué Coen, a pesar de su intermitente actividad, sigue siendo uno de los creadores más brillantes de la escena francesa.
‘La tour de Pise’ suena en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace.