Navidades, zoo, cumpleaños, promesas de amor que de hecho se cumplen… Todo suena tan idílico como aquellos colores pastel con los que conocimos a Meghan Trainor. ‘All the Ways’ está inspirada en una conversación real de ella con Daryl en la que le preguntó «¿cuánto me quieres?», él respondió que mucho, ella pidió: «dímelo de todas las formas posibles» y él respondió a secas «de todas las formas posibles». A Meghan le dio la risa y compuso esta canción tan alegre un día después, a la que sucede una balada al ukelele llamada, de manera muy ilustrativa, ‘Marry Me’. La temática amorosa continúa en ‘I’m Down’ con frases como «no me puedo acordar de la vida antes de ti / ni de nadie antes de ti» o en ‘After You’, donde expone lo mismo pero al revés: «no quiero dar mi corazón a nadie más / no habrá nadie después de ti».
Ya se sabe que es mucho más difícil transmitir cosas a partir de la felicidad que de la tragedia, y la pena es que aquí Trainor ha superado el reto solo a medias. Aunque sigue fascinando lo adicta que es como autora a la creación de pre-estribillos, post-estribillos y outros que va encajando por doquier, como muestran ‘I’m Down’ o ‘Good Morning’, hay algo que falla en estas canciones. O bien a las melodías les ha faltado un poco de intensidad, como parece el caso de ‘Marry Me’; o se les ha ido la mano con la pomposidad, como se ve claramente en la fea producción de ‘I’m Down’ o en ‘After You’, una balada al piano perdida en los inadecuados arreglos de Tyler Johnson: ni es intimista ni apabullante. ‘Good Morning’, tema en el que osa decir delante de su padre Gary Trainor «I just need a quick, mmm, baby, from you», está simpático, pero, de nuevo, su producción tipo Disney suena desubicada en la actualidad. Nada terrible en ‘The Love Train’, pero no es nada bueno que un cúmulo de canciones de amor deje tan indiferente.
Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘All the Ways’, ‘Foolish’
Te gustará si te gusta: la primera Katy Perry, la primera Meghan Trainor, la primera Adele
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