La razón de la retirada es la polémica surgida tras la renuncia de su concursante electa MARUV. Esta se negó a representar finalmente a su país pese a ser ucraniana para no ser un títere político de la televisión nacional: «Soy ciudadana de Ucrania, pago impuestos y amo sinceramente a mi país. Pero no estoy lista para actuar con lemas, convirtiendo mi estancia en la competición en la promoción de nuestros políticos. Soy una cantante, no un murciélago en los lodos políticos», eran sus palabras.
Ahora la televisión ucraniana considera que no puede asistir a Israel finalmente debido «a la división que genera en la sociedad ucraniana el hecho de que la mayoría de artistas nacionales estén relacionados directa o indirectamente con el estado agresor, Rusia, bien sea a través de casas discográficas, productores o músicos». Consideran que este hecho genera preocupación entre su población.
No es la primera vez que el conflicto entre Ucrania y Rusia es noticia en Eurovisión. En 2017, Rusia decidió retirarse del concurso y no participó al celebrarse en Kiev. La entrada al país de su representante Yulia Samoylova era vetada por haber actuado en él sin permiso legal en 2015, y Rusia renunciaba a enviar a otra persona.