The Prodigy continuaban en activo antes de la muerte de Flint y de hecho su último álbum, ‘No Tourists‘, se editaba hace unos meses, el 2 de noviembre. El álbum debutaba en el número 1 de la lista de ventas británica y dejaba singles como ‘Need Some1’, ‘Timebomb Zone’ o ‘Light Up the Sky’ que acumulan varios millones de reproducciones en las plataformas de streaming, lo cual no está del todo mal para un grupo que alcanzó su pleno comercial y de popularidad en los 90.
Y es que fue, en concreto, en 1997 cuando The Prodigy publicó su disco más importante, ‘The Fat of the Land’, uno de los mejores de aquel año y que acogería los éxitos ‘Breathe’, ‘Smack My Bitch Up’ y ‘Firestarter’, llevándolo a vender 10 millones de copias en todo el mundo. Tanto ‘Breathe’ como ‘Firestarter’ fueron número 1 en Reino Unido y el disco incluso llegó a la primera posición de la lista de ventas de Estados Unidos, un hito que ni The Chemical Brothers, ni Oasis ni Blur lograron.
En parte gracias a estas canciones y al carisma y energía de Flint, cuyo icónico aspecto punk es indisociable de la época, The Prodigy es uno de los grupos más masivos que produjo la música electrónica en los 90 tras la explosión rave y acid y durante lo que llegó a llamarse big beat, género que aglutinaba ritmos breakbeat, tecno o acid, si bien The Prodigy destacó por su sonido industrial y sucio. Este influiría a toda una generación de grupos posteriores, como Die Antwoord, Death Grips, t.A.T.u. o Ho99o9, con los que han colaborado. Flint además era motociclista y participó en varias carreras, ganando varias de ellas. En sus redes sociales, The Prodigy confirman la cancelación de todos sus conciertos próximos, lo que incluye su fecha en Doctor Music, en Escalarre.