Desde hace un par de temporadas se ha rumoreado que están juntos, y El Mundo ha tratado ahora de hacer una cronología de la relación, llegando a hablar con un amigo de Vegas, cuya identidad por supuesto no se revela. El medio recuerda que ella «era fan del compositor asturiano, se tomaron unas cervezas y comenzó una relación que sorprendió a muchos y que es igual de indie que el artista».
La Otra Crónica afirma que vio a la pareja en un concierto de León Benavente en 2016, asegura pese al citado testimonio que «en 2017 la pareja consolidó su noviazgo de recital en recital» y cuenta que ese verano fueron vistos besándose en el backstage de Sonorama, como hace un par de semanas, al parecer, en la calle Goya. La citada fuente del periódico indica que «siguen juntos, pero no es que sean novios al uso, van y vienen y así se entienden», «ella estuvo varias veces en Asturias en vacaciones» y que «han encontrado el equilibrio con una relación que no responde a un noviazgo tradicional, pero se entienden bastante bien y se respetan».
El Mundo contrasta este tipo de relación con el modelo de familia de Pablo Casado o con la educación del Opus catalán en que se formó Andrea. El artículo obvia la bisexualidad de Nacho Vegas, sobre la que habló muy abiertamente en el libro sobre ‘Cajas de música difíciles de parar’; y el modo en que anteriormente ha bromeado sobre sus apariciones en la prensa rosa a raíz de su relación pasada con Christina Rosenvinge.