Cine

La ideaza de unir a Asian Dub Foundation y ‘La Haine’ fue un coitus interruptus en Madrid

Anoche en la Cineteca del Matadero de Madrid tenía lugar una propuesta muy singular al simbólico coste de 4 euros. La idea no podía resultar más atractiva: Asian Dub Foundation acudían de cuerpo presente para interpretar en vivo su revisión de la banda sonora de la película de culto ‘La Haine’ (‘El odio’), una revolución que triunfó en los Premios César de 1996 gracias a su vertiginoso montaje y a la crudeza con que retrataba la brutalidad policial y la violencia vivida en los suburbios de París en aquellos años.

Impresionados por la película de Mathieu Kassovitz, que aparece haciendo un cameo como skinhead, Asian Dub Foundation primero incluyeron una canción llamada ‘La Haine‘ en su disco ‘Enemy of the Enemy’ (2003) y en aquella década reinventaron la banda sonora para un espectáculo que luego fue recuperado en el Barbican Art Center de Londres o en el David Bowie’s London Meltdown Festival, y últimamente han vuelto a sacar de gira. La pertinencia de la película da verdadero miedo, hasta el punto de que por un momento confundes la mención a Le Pen, padre, con una a Le Pen, hija, en los tiempos en que el auge de la ultraderecha en Europa es noticia todos los días incluso en el plano musical y literario.

Si bien la banda sonora original corrió a cargo del colectivo de rap hardcore Assassin, la adaptación de Asian Dub Foundation es totalmente adecuada. La banda especializada en dub y reggae ha creado una música de ritmos violentos, apresurados y étnicos muy bien sincronizada e idónea para los 3 protagonistas inmigrantes que sufren la violencia callejera y las consecuencias de la marginalidad. Especialmente bajos y percusión (y en algunos momentos la guitarra eléctrica) marcan este espectáculo que evidentemente no se sostiene por 4 euros ni con todas las localidades agotadas con antelación, cosa que sucedió.

Sin embargo, no quisieron los astros que el montaje saliera bien y desde el principio el sonido de la película falló, provocando que Asian Dub Foundation tuvieran que interrumpir el show al cabo de menos de 5 minutos. La banda se excusó y también lo hizo un responsable de la sala. Pero tras resolverse el problema, la cinta se volvió a atascar dejando el mismo problema al cabo de pocos segundos: cada vez que había diálogos en la película y había de sonar música en vivo a la vez, el caos se desataba.

Tras una segunda interrupción parecía que la cosa echaba a andar; pero el sonido patinó durante todo el metraje con una pésima ecualización que rozaba lo peligroso para nuestros oídos en los momentos de mayor estruendo en vivo; y presentaba severos problemas para seguir el diálogo de los actores al margen de los subtítulos. No ayudó tampoco mucho la falta de asientos. A alguien se le ocurrió que era buena idea ver una película de pie, la totalidad del público (Pucho de Vetusta Morla incluido, siempre tan interesado por la vida cultural de la ciudad) optó por sentarse en el suelo, y ahí es cuando las hernias y protusiones del respetable treintañero y cuarentón empezaron a hacer mella, convirtiendo la Cineteca en un desfile de movimiento con gente levantándose, sentándose, pisando manos y finalmente desertando que ni el camarote de los hermanos Marx. Una verdadera pena, pues era una de las actividades más apetecibles y por menos, de los tiempos recientes. Os dejamos con un pase normal a modo de resarcimiento. Otra vez será.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Sebas E. Alonso