En el canon de los Pet Shop Boys es una canción que a menudo se ignora, pero el propio Neil Tennant la ha incluido en su reciente ‘One Hundred Lyrics and a Poem’, algo bien significativo. El libro es, por cierto, una verdadera joya recomendabilísima de la que de momento no parece que vaya a haber versión en castellano. Su valor reside -más allá de dignificar sobre el papel una parte crucial del arte de los Pet Shop Boys, sus excelentes letras- en cómo Tennant las contextualiza con información y comentarios. De entrada, el prólogo es una fascinante micro-autobiografía de su carrera musical: es fascinante leer cómo relata su primera creación -un musical con canciones inventadas junto a una amiga en primaria, “The Girl Who Pulled Tails”- o sus inicios folkies, siempre en paralelo con un interés en los musicales, de los que los PSB evidentemente heredaron su mezcla de sentimentalidad y humor ingenioso.
Hay más datos fascinantes: como cuando revela que hizo una prueba a mediados de los 70 para Rocket Records (el sello de Elton John), quienes estaban interesados en sus baladas al piano (hasta incluye fragmentos de alguna: ‘Telephone Blues’). O cuando traza su trayectoria personal hacia el pop empezando por Bowie y Bolan y siguiendo por la new wave, pero con un ojo en John Betjeman de quien le fascinaba la mezcla entre pop y poesía declamada. Y es en esta introducción en la que aparece la primera mención a uno de sus futuros éxitos, que es precisamente ‘Nothing Has Been Proved’. En el torbellino de excitación por empezar a vivir en Londres, de confusión personal (“was I gay?”) y de nuevas canciones cada vez más pop y más satíricas, menciona haber compuesto hacia 1979 una canción con ese título que años después adaptaría para Dusty Springfield.
La introducción del libro continúa con una detallada descripción de cómo conoció a Chris Lowe y cómo establecieron su método de trabajo durante los años pre-fama, absorbiendo Hi-NRG y hip-hop y tratando de combinarlo con poesía, sexualidad y observaciones irónicas, para finalmente hacer una fascinante exposición de cómo crea sus letras: observando lo cotidiano, detectando frases llamativas que puedan ser títulos, cómo combina lo político y lo personal… Una exposición que continúa cuando empieza la antología propiamente dicha mediante breves notas a pie de página debajo de cada letra: fascinantes destellos de qué idea inició la chispa de la inspiración (fragmentos de libros, muy a menudo), a qué persona se refiere en tal o cual texto (Madonna en “she after Sean” de ‘DJ Culture’) o para quién escribieron originalmente una canción que después se quedaron (Kylie Minogue, ‘A Certain Je Ne Sais Quoi’).
En las páginas dedicadas a ‘Nothing Has Been Proved’, Tennant explica que su rico retablo musicado de personajes del escándalo Profumo
(un sensacional embrollo político con sexo, espías y notas de suicidio que aconteció en Inglaterra en los 60) lo basó muy fielmente en diversas estampas del libro ‘The Trial of Steven Ward’. Pero también revela que la mención a ‘Please Please Me’ de los Beatles era de cosecha propia, para hacer una referencia significativa a la liberación sexual de la década, que fue en parte lo que -según él- metió a Profumo y Ward en aquel lío. También relata cómo en 1989 les pidieron música para la película ‘Scandal’ (basada en el caso Profumo evidentemente), ante lo cual él inmediatamente rescató la letra creada en 1979, y junto a Chris Lowe hizo música nueva a partir de ella.Aún no hemos hablado de la música… y es importante, porque se trata de una canción bien distinta a «What Have I», con un planteamiento alejado de las pretensiones propias de un hit de pop: estamos ante un tema de corte más evocador, con una embriagadora e hipnótica progresión de acordes que se ancla sobre secuencias de dos, que se repiten en sucesión casi narcótica, muy cinematográfica. Un tono de tensión y sofisticación que le va a las mil maravillas a esa letra con estampas sobre diversos personajes del escándalo, uno por estrofa, como en breves escenas: “Mandy ha salido en los periódicos / Porque intentó huir a España / Pronto estará en el banquillo / y de nuevo en la prensa / Vicky cuenta una historia sobre un espejo y un bastón / Podría ser cierta, podría ser falsa / Pero nada se ha demostrado”.
El tono cinematográfico cinematográfico de ‘Nothing Has Been Proved’ lo coronan -sobrevolando por encima de la brillante producción de los Pet Shop Boys y su mano derecha Julian Mendelsohn- unas suntuosas orquestaciones a cargo del gran Angelo Badalamenti. Sobre ellas, Dusty hace una de las más bellas y versátiles interpretaciones del final de su carrera: casi susurrando o cantando con dramatismo según en momento. El solo de saxofón final, a cargo de Courtney Pine, añade las gotas de clasicismo que faltaban para convertir a esta canción en un clásico. Y por si quedaran dudas del peso de los PSB en la canción, Chris y Neil aparecían en el videoclip caracterizados como reporteros que interrogaban y fotografiaban a una ficticia Christine Keeler (la modelo envuelta en el escándalo):
En su libro, Tennant completa las sabrosas notas sobre la canción con otra anécdota verdaderamente fascinante: mientras grababan ‘Nothing Has Been Proved’ en un estudio de Londres, descubrieron que en él estaba trabajando nada menos que Lucky Gordon, un cantante jamaicano que aparece mencionado en la letra de la canción porque estuvo envuelto en el histórico escándalo (“Christine’s fallen out with Lucky / Johnny’s got a gun”). En un impulso de genialidad muy propio de Tennant y Lowe, le pidieron que grabase la frase “it’s a scandal” para la canción. Habría sido el detalle final perfecto… pero Lucky les pidió una cantidad de dinero tan exorbitante que tuvieron que abandonar la idea inmediatamente. Un detalle final con aroma a picaresca que sólo añade más encanto a una canción que lo tiene por los cuatro costados.
Dusty Springfield y los Pet Shop Boys suenan en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace. La remezcla 12” de ‘Nothing Has Been Proved’ sonó en Popcasting 322.