Su regreso difícilmente podría haber sido más triunfante, al menos en su país: el tema ha entrado directamente al número 1 de la lista oficial de singles de Reino Unido, superando de calle no sólo a una peso pesado del pop mundial como Taylor Swift y su ‘ME!’ sino también al hit country-trap ‘Old Town Road‘. Si algo indica esto, desde luego, es que la gente parece mucho más receptiva a una letra de contenido sexual explícito como la de Stormzy que al autoamor con un punto infantiloide de la autora de ‘1989’.
Y es que ‘Vossi Bop’, que hace referencia a un paso de baile callejero que un tuitero hizo viral hace un par de años («mis hermanos no hacen dab, sólo vossi bop«, dice el principal gancho de la canción), lanza en su estribillo la invitación a una mujer para reunirse con él en una cafetería como excusa para ponerse juguetones en las sábanas, tomar «chupitos corporales» y terminar con un «facial» –es decir, eyacular sobre la cara de tu pareja sexual– como guinda. Aunque quizá sean las más llamativas referencias sexuales, no son las únicas: entre elogios hacia su propia persona, su autenticidad, su actitud y la de sus amigos y algún toque político (manda a tomar por culo a Boris Johnson y al gobierno británico en general), hace referencia a otro de los alias que se le conocen al propio rapero, Stiff Chocolate, que no es otra cosa que una alegoría de su pene.
Así, estamos ante una de las canciones más despreocupadas y divertidas de Stormzy, oscura pero no demasiado, cautivadora con esas cuatro notas de piano que se van repitiendo insistentemente, cambiando de modulación muy de vez en cuando, resultando extremadamente pegadiza. Su vídeo oficial sigue esa línea, digamos, juguetona, si bien las referencias sexuales de su letra se diluyen en lo que es más una exaltación de su gang (lo cual incluye al actor Idris Elba, citado en la canción y que hace un cameo), con bailarines infantiles y adultos que repiten el dichoso paso de baile mientras le persiguen por un falso plano secuencia que comienza en un insólitamente desierto Puente de Westminster y concluye en una pista de aterrizaje abandonada, el lugar perfecto para hacer trompos con coches. Y destrozarlos.