Halsey lo ha dejado claro en Twitter: ‘Nightmare’ está dedicada a las mujeres que se encuentran en sus conciertos “con el maquillaje corrido por las lágrimas, con luz en sus ojos, alzando los puños, gritando hasta que las venas de sus cuellos aparecen en su cálida piel”. ¿Cómo traducir esa voluntad apologética en imágenes? Hannah Lux Davis, directora habitual de los vídeos de Ariana Grande, lo ha hecho de tres maneras. Primero, a través de una caligrafía visual muy agresiva en sintonía con el furioso discurso de la canción. Segundo, combinando una gran cantidad de formatos y texturas fotográficas: del más estrecho al más amplio, de la más sucia a la más estilizada. Y, tercero, componiendo un mosaico de escenas en las que la cantante encarna a varios tipos de mujer “gritando con el puño en alto”: una modelo de loop erótico sesentero en 8mm que se rebela contra su condición, una cantante punk en plena catarsis colectiva, una diva del pop que reivindica su derecho a hipersexualizar su imagen, una mujer desnuda atrapada en una simbólica tela de araña, una colegiala con ganas de ser libre, una pandillera en su propio “club de la lucha”, una dominatrix sacando la lengua a las convenciones de género, y una chica de barrio que, por un lado, celebra su ambigüedad sexual junto a Cara Delevingne y Suki Waterhouse, y, por otro, lidera una protesta en la que aparece, como una correa de transmisión intergeneracional, un referente como Debbie Harry.
“Te miro las fotos”, y aparece Amaia mirando la pantalla de un móvil. “Escribo tu nombre en mi mano”, y vemos sus manos. “Entrando en el bosque”, y la cámara entra en un bosque. “Te miro a los ojos”, y plano del ojo del caballo. “Debajo del relámpago”, y la cantante canta “debajo del relámpago”. Esta continua querencia por la literalidad desluce un poco el trabajo de la directora Bárbara Farré, quien parece moverse mejor en un registro naturalista (su premiado cortometraje ‘La última virgen’) que en uno más simbólico o imaginativo. Agua, tierra, fuego, aire. La realizadora combina los cuatro elementos de la naturaleza para ilustrar la formación de una tormenta emocional. El vídeo comienza con Amaia viendo unas fotos en un bucólico entorno florido que recuerda a la pintura prerrafaelita y al bosque que aparece en ‘De aquí no sales’, de Rosalía. A partir de esa imagen, se desata la borrasca sentimental: sopla el viento, se incendia el bosque, cae la lluvia y se suceden los relámpagos. La única opción para romper ese encierro, expresado a través del uso del formato 4:3, que estrecha el encuadre en torno a la cantante, es huir al galope como un caballo blanco en una playa. Al final, de las cenizas, surgen las luces que iluminan “un nuevo lugar
”.‘La aventura de las plantas’ fue una serie documental francesa que se emitió con gran éxito en la década de los ochenta. Gracias a la envolvente banda sonora de Joël Fajerman (el tema de la cabecera se hizo enormemente popular) y un uso muy novedoso de la cámara rápida, que hacía que el crecimiento de las plantas se pudiera visualizar en segundos, los espectadores de la época contemplaron el mundo vegetal como si fuera una magnética danza de formas y colores. Este mismo concepto de movimiento vegetal parece animar la escritura visual de Tobias Gremmler, el artista alemán que ha realizado el nuevo videoclip de Björk. En ‘Tabula Rasa’ vemos a la cantante flotando en el espacio mientras su figura va transformándose en una sucesión de pétalos, filamentos y pistilos. El efecto, bello pero también perturbador, adquiere una singular fuerza expresiva cuando lo que se transforma es el rostro de Björk. El resultado, que parece una mezcla entre las máscaras diseñadas por James Ferry y las composiciones botánicas de los cuadros de Giuseppe Arcimboldo, puede ser interpretado como una metáfora sobre la constante inquietud y evolución artística de la cantante.
Y seguimos con transformaciones. El director de anime Shinichiro Watanabe (‘Cowboy Bebop’, ‘Samurai Champloo’), que está actualmente rodando la prometedora serie ‘Blade Runner: Black Lotus’, presenta una historia protagonizada por un viajero espacial (Flying Lotus) que estrella su nave en un planeta desértico. En este entorno despojado y minimalista, que recuerda a la pintura metafísica italiana de principios del siglo XX, el piloto se encuentra con un misterioso androide (Anderson .Paak) que comienza a bailar tras pinchar la canción en el plato que lleva incorporado. La aparición de un gran pájaro negro -¿de mal agüero?- hace que el robot dispare contra el astronauta y éste empiece a transformarse como en la célebre secuencia de la mutación de Tetsuo en ‘Akira’. El director combina las imágenes del piloto con las del vuelo del pájaro, vinculando de esta manera la transformación con su aparición. Cuando el pájaro se posa en la cabeza del androide vemos el resultado de la metamorfosis: un paisaje surrealista e infernal compuesto por árboles “cárnicos” formados por las mutaciones humanas.
No es la primera vez que Mac DeMarco se pone kilos de látex en la cabeza. Hace un par de meses apareció maquillado de hombre-lagarto en el vídeo ‘Nobody’. En ‘On the Square’ lo vuelve a hacer interpretando a cuatro personajes. El primero es un hombre con una máscara blanca que parece un híbrido con esmoquin entre el asesino del giallo ‘Torso: Violencia carnal’ y la Vera con máscara quirúrgica de ‘La piel que habito’. El hombre sumerge la cabeza en una pila llena de leche en una secuencia que remite a la pieza de videoarte ‘White Space’, de Jym Davis. Al otro lado, en un espacio en blanco, aparecen tres personajes que se pueden interpretar como las distintas versiones monstruosas del hombre que les está mirando, los rostros más siniestros que aparecen cuando uno se quita la máscara social: una figura con cabeza de cerdo y otra de felino que recuerdan a muchos títulos del cine de terror (‘Berkshire County’, ‘Tú eres el siguiente’, ‘The Butcher’), y otro con apariencia de criatura marina salida de la mitología Cthulhu de Lovecraft. Toda la escena está construida en forma de pesadilla, como un sueño terrible escenificado en un teatro cuyo único espectador (interpretado por el músico Tommy Midnight) parece sacado directamente de una película de Lynch.