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‘La escala de Mohs’, la inspiradora “teogonía” de Gata Cattana de la que emanarán nuevas poetas

Han pasado dos años desde la muerte

de Ana Isabel García Llorente, Gata Cattana, y su figura, lejos de olvidarse, no ha dejado de agrandarse. Primero con la edición póstuma de ‘Banzai’, un álbum debut que, escuchado hoy, resulta más audaz, afilado y sólido que el 99% de los artistas hip hop en español del momento (y no, no es una alabanza lanzada así, a lo loco). Y ahora con la reedición de ‘La escala de Mohs’, el primer y único poemario de la cordobesa, publicado originalmente en 2016 y ahora ampliado por Aguilar en su colección Verso & Cuento. Una faceta, la de rapsoda, en la que se empleó con tanta pasión (o más) que en la música y que, en este volumen, nos muestra a una autora de gran entidad, que ya daba mucho y prometía aún más.

Esta nueva edición tiene cierta intención sumaria, añadiendo dos poemas inéditos (uno de ellos, ‘Todo lo demás, no’, reproduciendo sus manuscritos) y algunos textos en prosa ausentes de la primera edición (que, por su carácter puramente autobiográfico, dan una dimensión aún más humana y emotiva a su figura). Pero en realidad el valor de ‘La escala de Mohs’ está en dar difusión, colocándolo en los estantes de cabecera de las librerías, a los poemas contenidos en la edición original tal cual la ideó la propia Gata. En ellos muestra la esencia de su estilo, pero también se retrata a sí misma con mucha precisión y se desnuda más de lo que, quizá, serían capaz 100 entrevistas.

Una poesía que, como militante de todos ellos, se dirige a las desterradas, las condenadas a la precariedad, las ajusticiadas por el sexo con el que nacieron, las proletarias timadas por el tocomocho de la meritocracia, fatigadas de tanto bracear contra su sino, con unas migajas (el sexo, el amor, el éxtasis de la creación artística) como única recompensa. Una poesía que, gracias a la palpable erudición sobre geopolítica, historia, literatura clásica, religión de la que gala (pero con sentido, cero presuntuosidad), construye un túnel del tiempo. Una máquina del tiempo que demuestra que la miseria de nuestros días dista muy poco de la de la antigua Grecia o el pueblo de Jerusalén que eligió salvar a ‘Barrabás’ (un Blesa, un Millet, un Jesús Gil) en detrimento de “mesías que predican el cambio y se inventan la historia”. Es increíble, de hecho, cómo hoy, dos días después de las elecciones municipales del 26 de mayo, el terrorífico ‘A Madrid’ “cobra vigencia: “Eres tan cínica / Eres tan jodídamente cínica, / hijadeputa, / que pareces el mismo Dios, / te crees el mismo Dios, ¿verdad?”. “Hemos visto la mediocridad vestirse de hegemonía” (‘Hojita de menta’).

No podemos decir que ‘La escala de Mohs’ sea su obra maestra porque esa estaba por llegar. Por momentos tiene el halo de obra iniciática, de hecho, y como tal resulta ocasionalmente irregular, a veces reiterativa y caótica (poemas como ‘Caso empírico’, ‘Desapariciones’ y el hasta ahora inédito ‘Malditos sean’ no están especialmente entonados). Pero a la vez contiene toda la pasión furibunda de un debut (literario, en este caso), con los filtros lo bastante bajos como para vaciarse en él sin medir las consecuencias. Gracias al cosmos.

Porque así nos encontramos versos personales que dejan sin resuello, como el autorretrato ‘La profecía’, la amistad íntima de ‘Hojita de menta’, el amor desaforado de ‘A ti no’ o el acomodado en relaciones turbulentas de ‘Teogonía’ y ‘La Satine’. Y versos que tienen una lectura de su posicionamiento político, ya sea el acongojante paseo por el Madrid del “No pasarán” y la Barcelona de García Oliver que es ‘N18’ (su último verso da hasta miedo, por profético) o la lucha de clases inherente al satírico ‘Cospedales’ –el humor es, también, un arma de uso frecuente para la Gata–. Y versos, como ‘Tu oficio, poeta’, ‘Diagnóstico’ o ‘El ciprés y la espiga’, que nos dicen mucho de las luchas, tanto intestinas como con el agresivo mundo exterior, de un creador. Y, en prácticamente cada uno de ellos, el permanente trasfondo de una mujer que lucha contra la condición de ser arrinconado por el sexismo. Como viene a señalar su amiga Irene X en el emotivo y muy necesario prólogo de esta nueva edición, en un tiempo en el que la revolución feminista crece imparable, su tristemente corta obra lírica se antoja como un poderoso precedente de esa lucha contra la desigualdad. Lo menos que podría ocurrir con ‘La escala de Mohs’ es que se convierta en su propia “teogonía” que sirva de inspiración para otras poetas… y otras feministas. 7,7.

En su pueblo, Adamuz, coincidiendo con el que sería su 28 cumpleaños, se celebran estos días diversas actividades relacionadas con Gata Cattana, como un concurso de poesía y una exposición de arte con obras inspiradas por su figura. Además, el próximo 13 de julio tendrá lugar también en el pueblo cordobés la 2ª edición del Festival Gata Cattana, en el que participarán Frank T, Bejo, DJ Pimp, Nico Miseria y muchos más. Entradas disponibles en Ticketea y en su web oficial.

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: gata cattana