Música

Otras mujeres que triunfaron este jueves en Primavera Sound: Julien Baker, Sigrid, 070 Shake…

Julien Baker actuaba en esta nueva edición del Primavera Sound el jueves a las 5 de la tarde. Ha sido un gran acierto de la organización que, pese a que fuese tan temprano, tocase en el Auditori: un ambiente que, sin duda, es el más adecuado para disfrutar de su música. En el escenario, únicamente estaba ella con un teclado y su guitarra, y en algunas canciones acompañaba una violinista. ‘Something’, de su primer álbum, fue lo primero que sonó en un setlist que presentaba un equilibrio en cantidad de canciones entre este y su último trabajo ‘Turn Out the Lights’, del que sonaron el tema homónimo, ‘Sour Breath’, ‘Shadowboxing’ y ‘Appointments’. La impresionante voz de Baker con la gran acústica del espacio conseguía ponerte el vello de punta desde el principio hasta el final. De vez en cuando se dirigía al público diciendo muy tímidamente “gracias”, pero enseguida, sin entretenerse, volvía a entonar otra de sus desgarradoras letras con un sentimiento que parecía rompérsele el corazón con cada palabra. Especialmente emocionantes fueron ‘Rejoice’ y ‘Appointments’, aunque absolutamente todas sonaron impecables. Julien Baker nos invitaba con su concierto a una parte de su intimidad: se abría en canal en cada nota ante un montón de desconocidos. Y, cómo no, fue precioso. Foto: Eric Pamies.

Una intro de lo más rockera servía para presentar en el escenario a Soccer Mommy, el proyecto de Sophie Allison, quien se ha convertido en una de las jóvenes promesas del indie actual con ‘Clean’, su primer álbum de estudio, que salió el año pasado. Sin embargo, ella prefirió comenzar con su nueva versión de ‘Henry’, una canción compuesta para su primer proyecto de 2016 titulado ‘For Young Hearts’. Le siguió ‘Try’ antes de llegar a los temas de su último disco, con los que ha ido cosechando éxito crítico como ‘Last Girl’, el gran ‘Your Dog’, ‘Cool’ o ‘Wildflowers’. Su banda dejó a Allison sola en el escenario para la bonita balada ‘Still Clean’, que precedió a la enérgica ‘Scorpio Rising’, ya con todo el grupo de nuevo. Terminaron en alto, aunque hubo momentos en los que el set se hizo algo monótono.

Los que venían a presentar uno de los discos más aclamados del año hasta el momento fueron Big Thief. El cuarteto de Brooklyn encabezado por Adrianne Lenker apareció en un escenario donde los instrumentos y los altavoces habían sido decorados con ramos de flores a propósito, probablemente, del importante papel que juega la naturaleza en ‘U.F.O.F’. No faltaron, por supuesto, las estupendas ‘Shark Smile’ y ‘Mythological Beauty’ de su segundo álbum ‘Capacity’, o ‘Masterpiece’, aunque en su mayor parte el concierto estuvo dedicado a la presentación del nuevo trabajo (aquí solo se echó en falta en el setlist a ‘UFOF’). También hubo un momento para Buck Meek, guitarrista de la banda, que tocó una de las canciones de su disco en solitario. Big Thief podrán gustar más o menos, pero pocas dudas quedan tras verles de que nos encontramos ante una banda que lo que sabe hacer, lo hace realmente bien. Es cierto que probablemente se disfruten más en una sala que en un festival, pero escuchar la dulce voz de Lenker y la belleza de los instrumentales mientras bajaba el sol en uno de los escenarios principales (donde ahora el suelo está cubierto de césped artificial) fue una experiencia casi mística.

A Sigrid se le quedó un poco pequeño el escenario Pitchfork. La cantante noruega, una de las grandes promesas del pop, que al fin este año lanzó su debut ‘Sucker Punch’, contaba con un gran grupo de fans que coreaban todas las canciones. Aunque de primeras su disco no pareciese –al menos a mí- demasiado sólido más allá de algún temazo como ‘Never Mine’ o ‘Strangers’ (el mejor momento de todo el concierto), lo cierto es que todas ellas crecen bastante en directo. Sigrid, con un look de lo más casual y cero aires de diva, tiene un carisma arrollador. Fue un show muy ameno y divertido gracias al que confirmamos que, en el momento en el que tenga más hits, puede llegar a hacer cosas grandes. El álbum sonó prácticamente entero, y de las más antiguas (además de ‘Don’t Kill My Vibe’ y ‘Dynamite’) cantó ‘Plot Twist’ y ‘High Five’. Sigrid estuvo muy entregada al público –y viceversa- e indicó que estaba muy contenta porque además su hermana estaba allí viéndola. ‘Don’t Feel Like Crying’ cerró un set que fue toda una celebración de -buen- pop bailable.

Danielle Balbuena o más conocida como 070 Shake se reafirma como artista a seguir muy de cerca. Hiperactiva, yendo de un lado a otro del escenario, subiéndose por los laterales, tirando sillas o diciéndole a su DJ que quitase la música porque estaba harta ya de esa canción… todo en su concierto fue pura energía. Al comenzar dijo que quería que jugásemos al pingpong con nuestras energías (la suya y la del público), y así fue. La rapera –quien ha colaborado con Kanye West en ‘Ghost Town’ y ‘Violent Crimes’ y con Pusha T en ‘Santería’- el año pasado estrenó su EP ‘Glitter’ y ya prepara un nuevo proyecto del que pudimos escuchar dos canciones inéditas, entre ellas ‘Under the Moon’, además de su reciente single ‘Morrow’. Su inclasificable voz (con efectos o sin ellos) y su mencionado carácter entre macarra y a veces dulce –hubo un momento a lo Florence en el que pidió que todo el mundo se abrazase- hace que sea una presencia fascinante en el escenario. No puedes apartar los ojos de ella. El mejor momento fue ‘Honey’, un temazo -ella misma lo definió como su favorita- que no dejó a nadie sin bailar.

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Publicado por
Fernando García