Hace cosa de dos años los periodistas Víctor F. Clares (‘La Hora Musa‘, aunque nos revela que él no estará en la 2ª temporada) y Tania Lozano, en una noche en la que abusaron del agua con misterio, tuvieron la idea formar un grupo. Así nació Ladilla Rusa, uno de los dúos más divertidos y desvergonzados del panorama nacional. Incluso, meses antes de lanzar su álbum de debut, ‘Estado del malestar’, ya se los rifaban las salas y los festivales de nuestra geografía. Y su agenda, desde entonces, apenas tiene un hueco libre. Quedamos con ellos en el barcelonés barrio de Gràcia en la tienda de su sello, El Genio Equivocado. Nada más entrar, casualidades de la vida, un hombre trajeado de la cabeza a los pies está comprando una camiseta suya. Sí, aunque no lo quisieran, se han convertido en todo un fenómeno. Este viernes, 12 de julio, Ladilla Rusa actúan en Palma de Mallorca (Bar Flexas); y el sábado, día 13, en la Festa Orgull de Sta. Coloma de Gramanet. El 1 de agosto estarán en Arenal Sound.
¿Qué está pasando? Hasta vienen hombres en traje a comprar vuestro merchandising.
Tania: Ya, estamos alucinadas.
Víctor: Eso es lo que nos preguntamos porque están pasando cosas inexplicables. Por ejemplo, hace nada Isabel Coixet nos ha escrito diciendo que el último videoclip le parece una masterpiece. Nunca nos hubiéramos esperado que gente tan diferente nos apoyase.
¿Qué es lo que más os ha sorprendido hasta ahora?
T: Que Jon Kortajarena nos escuche. Me lo dijeron el otro día. Es muy fuerte.
V: Más que gente conocida, lo que me llama la atención es que haya hasta grupos de padres que vienen a vernos cuando dejan a sus hijos en casa.
¿Qué tiene Ladilla Rusa para encandilar a un público tan heterogéneo?
V: Creo que hay varias cosas. Una de ellas es que la manera que tenemos de escribir las canciones responde a cosas muy internas, a un humor muy de amigos.
T: Hablamos de cosas muy cotidianas. Hay mucho costumbrismo. Y en la música, aunque hacemos electropop, tocamos muchos palos diferentes. El otro día nos dijeron que hacemos música muy eurovisiva.
[Sobre la idea de ir a Eurovisión] «Yo por la aventura iría. Aunque (…) me daría mucha vergüenza verme cantar ahí»
¿Iríais a Eurovisión?
T: Sí, por supuesto.
V: Yo por la aventura iría, sin duda. Aunque también te digo que hace unas semanas mientras estaba viendo la gala final me di cuenta de que me daría mucha vergüenza verme cantar ahí.
Sois amigos de toda la vida, ¿cierto?
T: Nos conocemos desde los 12 años cuando íbamos al instituto.
¿Estudiasteis también juntos Periodismo?
V: Coincidimos un año porque después me cambié de universidad.
T: Empezamos a hacer radio en Ràdio Santa Perpètua. Hemos estado toda la vida juntos.
¿Nunca ha habido un rifirrafe entre vosotros?
T: Hemos vivido tantas situaciones unidos que nos conocemos de sobra. No nos hemos enfadado de verdad ni una sola vez.
V: Cuando te entiendes con una persona, es lo que hay.
¿Desde un principio estaba claro que esto tenía que ser una cosa entre Tania y Víctor?
V: Sí.
T: No, recuerda que con Xavi íbamos a hacer un trío… Al final él se quedó ahí y decidimos tirar adelante el proyecto los dos. De hecho, tenemos un grupo con él llamado Señoras Mal, que es como nos queríamos llamar entonces.
V: Y no viene de Las Bistecs, porque estaba pensado de mucho antes. Estas casualidades con otros grupos nos han pasado muchas veces.
«¡Nos llamaban para bolos apenas teniendo dos temas! No teníamos ni idea de cómo iba la industria musical»
¿En qué momento dais el paso de ser periodistas a formar el grupo? No sé muy bien qué pretensiones había al inicio.
V: Siempre hemos sido muy creativos. Allá donde íbamos de fiesta nos montábamos nuestras coreografías en calzoncillos y bragas creyéndonos bailarines de danza contemporánea. También nos inventábamos canciones para nuestros amigos. No obstante, un día de borrachera, tal cual, decidimos anunciar que íbamos a montar un grupo y tras ello nos pusimos con el tema. No podíamos echarnos atrás.
T: Ese fue el momento en el que buscamos a un productor y dimos con Ignacio Miranda, de Ultraplayback.
V: Empezamos a trabajar en ‘Bebo (de bar en peor)’ y ‘Macaulay Culkin’. Al principio pensábamos que íbamos a tocar en algún bar a las 4 de la mañana, pero enseguida empezaron a llamarnos y ahí es cuando nos pusimos a trabajar en otras canciones.
T: ¡Nos llamaban para bolos apenas teniendo dos temas! No teníamos ni idea de cómo iba la industria musical.
¿Qué es lo que precisamente os ha sorprendido más de esta industria? Para bien y para mal, obvio.
V: No podemos tener una visión muy crítica porque nos ha ido muy bien desde el principio. Aunque sí es cierto que te das cuenta de cosas como esos intermediarios que aparecen y no entiendes porque se tienen que llevar una comisión si el concierto lo estamos haciendo nosotros. Hay estas cosas rarunas. El artista es el más puteado cuando en realidad es el que más se lo curra. Esos aprovechados son los que más me llaman la atención.
T: Lo que yo he descubierto es que la vida de artista es mucho más dura de lo que pensaba. Viajas mucho, comes poco y mal, aunque tengas un mal día tienes que salir al escenario como si no te pasara nada y, aparte, ese cansancio acumulado no puede notarse porque siempre tienes que estar arriba. Ha habido lunes en los que hasta me he puesto mala por toda la energía gastada el fin de semana. Aunque también te digo que estoy encantada de la vida con todo lo que nos está pasando.
V: Nos reventamos la vida.
T: Sí, después de un bolo nos gusta quedarnos para tomar algo y nos envalentonamos rápido.
V: De todos modos, en estos meses hemos aprendido a ser más responsables y profesionales.
«Esto no es un grupo de broma porque todo está muy bien pensado»
¿Os molestó que al arrancar el proyecto muchos lo categorizaran de broma?
V: En absoluto. Eso sí, aunque nos valgamos del humor, esto no es un grupo de broma porque todo está muy bien pensado. Desde el principio, sobre todo, queríamos que las canciones sonaran muy bien. En el último tema, ‘KITT y los coches del pasado’, eso se puede apreciar más claramente aún.
¿En realidad qué expectativas teníais con Ladilla Rusa?
T: Yo me veía en Barcelona actuando en plan underground total. Lo que ha pasado ha sido de locos: nos hemos recorrido las salas más míticas de España y hemos podido actuar en un montón de festivales.
V: Lo que más me llamó la atención fue que desde el principio nos llamaran para actuar en sitios como el Apolo o Razzmatazz, lugares que siempre hemos frecuentado. No tenemos pretensiones. Somos más del «que venga lo que tenga que venir», por lo que todo nos sorprende porque viene de nuevas. Cuando nos llamó el primer festival fue un punto de inflexión para nosotros porque nos dimos cuenta de que teníamos que empezar a pensar más a lo grande.
¿Cómo veis el grupo en cinco o diez años?
T: Me gustaría seguir teniéndolo. Tampoco quiero dejar el periodismo, pero no me veo encerrada en una oficina ocho horas al día como cuando estaba en una agencia de comunicación. Aunque nunca se sabe…
V: Seguiremos, pero imagino que con un ritmo diferente. Me gustaría dedicarle más tiempo a cada canción.
«Vivimos de la música porque no estamos trabajando en otra cosa»
¿Vivir de la música es viable?
T: Lo estamos haciendo ahora.
V: En estos momentos sí porque no estamos trabajando en otra cosa.
¿Qué ha ocurrido? En tu caso, Víctor, pensaba que ibas a participar en la segunda temporada de ‘La Hora Musa’.
V: He tenido un lío de productoras y ni yo ni otra gente estaremos en la próxima temporada. El programa seguirá, pero no puedo darte muchos más detalles porque por el cambio de productora, y sin saber muy bien qué ha pasado, no estaré esta vez.
Teniendo en cuenta cómo está el mundo del periodismo, al menos, tener Ladilla Rusa de plan B para vosotros es un alivio.
V: Con el paso de los años me he desencantado de la profesión. Las rutinas de trabajo muchas veces son putas y precarias. Te acabas quemando.
¿Qué os gustaría hacer a nivel periodístico?
T: El otro día estuvimos en el programa ‘Toni Rovira y Tú’ y es tan bizarro que me gustaría presentar algo así de punki. Me encantaría hacerlo con Víctor porque sería muy guay.
V: En mi caso volver a la radio, porque siempre me ha gustado mucho más como medio. También dirigir un programa, tomar decisiones, algo que a lo grande nunca he podido hacer.
¿Os ha tratado bien la prensa musical?
T: Bastante bien. Pensaba que íbamos a ser mucho más criticados.
¿Habéis tenido que superar muchos miedos?
T: Principalmente tenía miedo a subirme al escenario porque nunca lo había hecho. Además, él sabe cantar mejor que yo. Me ahogaba y nadie me había enseñado a cómo hacer las cosas. No dar la talla en los conciertos es lo que más me preocupaba, pero al final acabas aprendiendo.
V: Yo más que miedo tenía vergüenza de todo. Como conocemos a tantos músicos me daba vergüenza que ellos me vieran haciendo esto. No obstante, con el tiempo nos la hemos ido quitando porque, a pesar de no tener grandes conocimientos musicales, las canciones las componemos los dos y tomamos todas las decisiones. Muchas veces hacemos la coña de que somos cantautoras.
Musicalmente, ¿qué ambición tenéis?
V: Me gustaría aprender a tocar algún instrumento para llevar un show diferente.
T: Una de mis metas es aprender a tocar la guitarra porque sé cuatro acordes y poco más. En algún tema concreto sí me gustaría tocarla.
V: Incluso, más allá de lo musical, podríamos hacer algo diferente juntos.
T: Yo siempre le digo que deberíamos escribir un guión y grabar un corto. El vídeo de ‘KITT y los coches del pasado’ no deja de ser una historia.
[Sobre las comparaciones con Las Bistecs] «Somos más callejeras, más de barrio»
¿Creéis que os ha beneficiado de alguna manera que Las Bistecs ya no estén en activo?
T: Yo creo que sí.
V: Es como cuando un festival busca a un grupo de un estilo determinado y ahora, al no estar ellas, nos llaman a nosotros. Podría decirse que tenemos más posibilidades.
T: Flipé cuando al principio de todo nos mencionaban junto a Las Bistecs u Ojete Calor porque era algo impensable para nosotros.
V: Ellas nos encantaban, pero sí es verdad que nuestro estilo es un poco diferente porque somos un poco más… no sé.
T: Somos más callejeras, más de barrio. Ellas nunca hicieron una tecno-rumba.
¿Falta más sentido del humor en la música?
T: En la música y en todas partes.
V: Humor como sinónimo de picardía y algo de mala leche. No suelo escuchar artistas que siempre te cuentan la misma historia y recurren a paisajes comunes.
¿Qué estáis escuchando ahora?
V: Precisamente, hablando de humor, te diría La Estrella de David, ya que juega con ello y encima compone canciones preciosas. Fernando Alfaro o Lorena Álvarez también, aunque en realidad lo que más escucho es flamenco.
T: Escucho también de todo, aunque llevo dos semanas enganchada al nuevo disco de Aaron Rux.
[Sobre su primer festival] «Cuando me vi en el cartel junto a Liam Gallagher me acojoné»
¿En qué momento os disteis cuenta de que esto iba en serio?
T: Cuando nos llamaron los del Sonorama para actuar cuando ni siquiera teníamos un disco. Cuando me vi en el cartel junto a Liam Gallagher me acojoné.
V: Creo que al inicio hicimos las cosas muy rápidas. Hay temas del disco que los hubiéramos grabado de otra forma. En dos años hemos cambiado bastante.
¿Qué consejo os hubiera gustado que os dieran cuando arrancasteis Ladilla Rusa hace dos años?
V: Ir más lento y no regirnos por el ritmo de la industria. Tienes que hacer lo que te dé la gana.
¿De algún modo os veis obligados a sacar un segundo LP?
T: Vamos a decantarnos por sacar singles porque queremos dedicarle más tiempo a cada tema. Lo mismo que ahora hemos hecho con ‘KITT y los coches del pasado’.
V: No decimos no a un segundo disco, pero ahora mismo no está en nuestros planes.
T: Vamos a sacar temas sueltos y cuando tengamos unos cuantos a lo mejor nos animamos con el disco.
V: Siempre digo que podríamos seguir el modelo de ‘Macaulay Culkin’ y hacer canciones sobre Anthony Hopkins o Sigourney Weaver.
Intuyo que de lo que más orgullosos estáis es de ‘KITT y los coches del pasado’.
T: Sin duda.
V: De ‘Macaulay Culkin’ también porque nació muy natural, pero ‘KITT y los coches del pasado’ está mucho más trabajada y es algo que creo que se puede apreciar.
Con la tontería el videoclip lleva casi un millón de reproducciones…
T: En apenas dos meses ha conseguido las visitas que ‘Macaulay Culkin’ tuvo en cosa de año y medio. Estamos muy contentos de la buena acogida que ha tenido.
¿El vídeo lo habéis autofinanciado?
V: Lo hemos grabado con la subvención que nos dieron por participar en el Girando por Salas. Con ese dinero hemos grabado la canción y el vídeo.
¿Cómo ha ido el GPS?
T: En principio teníamos que hacer seis conciertos, pero nos dijeron que fuimos uno de los grupos más demandados y al final hicimos siete.
V: El balance ha sido muy positivo. Nos ha permitido actuar y tantear otras ciudades a las que de otra manera quizás no hubiéramos ido.
«Somos muy normales y muy poco mitómanos. Nos la pela el postureo»
¿Qué va a ser lo próximo?
V: Queremos hacer una canción completamente diferente, una cosa más discotequera. Será ya de cara a otoño porque estamos a tope.
¿Qué esperáis de este año?
T: Que se me vaya el mal de ojo. Musicalmente nos va muy bien, pero a nivel personal nos están pasando muchas desgracias; traiciones que parecen de ‘Juegos de Tronos’. Te das cuenta de que en el mundo de la noche mucha gente se te acerca por el interés.
V: Es que somos muy normales y muy poco mitómanos. Nos la pela el postureo.
T: Hay gente que únicamente quiere la foto en el camerino. Borracha no quiero que me tomen fotos.
V: En el futuro me gustaría compaginar el periodismo con el grupo sin morir en el intento.