El FIB cerraba esta edición el domingo sumando entre sus cuatro jornadas un total de 114.000 asistencias, siendo la más concurrida la del sábado con 37.000 espectadores y la que menos el jueves con 18.000, en la que solo se abrió uno de los escenarios para actuaciones en directo. Son datos inferiores a los del año pasado como recoge Europa Press, y en la línea de lo que ha sucedido con otros festivales, como ha sido el caso del Sónar, que se celebraba a la vez, por primera y única vez en julio, pasando de 126.000 a 105.000 asistencias; y tras la cancelación del Doctor Music Festival por la mala acogida de público al cambio de recinto, pese a contar con estrellas de primera fila en su cartel. Incluso Primavera Sound ha presentado cifras muy desiguales de asistencia por días (63.000 espectadores el sábado, 10.000 más que el jueves) y Bilbao BBK Live colgaba el «sold out» el viernes pero no el resto de jornadas, pasando de 120.000 espectadores a 112.800 en total, bajando en su caso tan solo un 6% la asistencia popular según elEconomista. Mad Cool ha pasado de reunir 80.000 espectadores al día a una media de 46.000. Fotos: Pau Bellido.
A la espera de lo que pueda suceder con las ediciones de 2020, artísticamente el domingo del Festival de Benicàssim aún encerraba algunas sorpresas en lo artístico, como fue el caso de la rapera Paigey Cakey o un concierto de Cupido que nos dejó completamente entusiasmados sobre su futuro. Paigey Cakey salió tarde y bastante ratito después de que su DJ hubiera saltado al escenario para pinchar, haciéndonos pensar en el modus operandi de Lauryn Hill. Por suerte la londinense no nos hizo esperar tanto, y pronto mostró su habilidad para comunicarse con el público, que podía ser escaso pero era muy entregado. Entre los momentos cumbre, el tema que dedicó a las “single ladies”, ‘(I Don’t Need a) Boyfriend’ o ‘Motorola’. En un momento preguntó cuánta gente había de Reino Unido entre el público y resultó que había más españoles contra todo pronóstico: las cifras oficiales sitúan en un elevado 60% la presencia de público de nuestro país, y no al revés. ¿Tendrá algo que ver el Brexit?
Inmediatamente antes, Cariño convencieron de que lo suyo va para largo, con un repertorio ya bastante consistente que incluye ‘Llorando en la limo’, ‘Canción de pop de amor’ o la nueva ‘:(‘. Apenas las bases de ‘Bisexual’ se negaron en principio a sonar con normalidad, pero por lo demás, muy entretenidas. E inmediatamente después de Paigey Cakey, Soleá Morente apareció acompañada de su gran banda, entre la cual volvió a deshacerse en elogios hacia Alonso de Napoleón Solo, en un concierto que, gracias a su inspiración melódica en el flamenco, puso un punto definitivo de variedad en el cartel.
Cupido es la banda que ha formado Pimp Flaco con el grupo Solo Astra y en principio uno podía pensar que estos, que presentaban un perfil de popularidad mucho más bajo, eran los que iban a salir verdaderamente beneficiados de esta curiosa unión. Pero después de verlos en directo, no queda tan claro. Evidentemente el carisma de Pimp Flaco, actuando sin camiseta, descalzo y portando únicamente unos pantaloncitos de boxeador, está fuera de toda duda; pero la noticia es que el concierto se diferencia de manera muy evidente de la propuesta en vivo de otros artistas de música urbana por el componente orgánico. La voz de Pimp Flaco no puede estar más pasada por el Autotune y los filtros, pero no hay más pregrabados. Todo lo demás es en vivo, a diferencia de lo que sucede incluso en los conciertos de Rosalía y C. Tangana, y no hay que ser un lince para comprender que eso repercute en la energía y las vibraciones que creas entre el público. Durante las interpretaciones de ‘Milhouse’ o ‘Telepatía’, el público va creciendo, también su entusiasmo; respondiendo bien a la llamada de Pimp Flaco a los tarareos «llamada y respuesta» «a lo Freddie Mercury» según su propia presentación, y la comunión es colectiva por supuesto durante los dos hitazos del grupo, ‘Autoestima’ y ‘No sabes mentir’. Ha aparecido el colega Kinder Malo para hacer ‘A veces’ en directo, pero incluso era innecesario: Cupido suenan en vivo incluso mejor que en disco.
Ezra Furman salió a por todas en el Escenario Carrefour con una banda de rock de sonido atronador, tan cañero como el vestidito estampado y la melena que mostraba. Tras arrancar con temas de enorme nervio como ‘Restless Year’, fue introduciendo otros nuevos más reposados, haciéndonos recordar a la estudiada calma que tenían los temas más tranquilos y evocadores de Lou Reed. Por desgracia, me perdí ‘Love You So Bad’, que parece que iba al final del set, porque nos esperaba el conciertazo de Franz Ferdinand en el escenario principal. Puede que los de Alex Kapranos no fueran el cabeza de cartel, pues ya no actúan en España ellos solos en recintos del tamaño de Madrid Arena, pero se siguen comportando como si lo fueran. Ellos se lo creen y el público se lo cree al verlos, porque el arsenal de hits que acumulan en sus discos sigue sonando tan bien como siempre, y la fuerza contenida en su repertorio desde el segundo cero empezando con ’No You Girls’, ‘The Dark of the Matinée’ o ‘Do You Want To’ no la consigue cualquiera. Funcionan ‘Walk Away’ coreadísima por el público y todavía el clásico cierre con ‘Take Me Out’ y los 10 minutazos de ‘This Fire’. También hay que romper una lanza a favor de sus últimos singles: se desconoce por qué ‘Always Ascending’ o ‘Love Illumination’ han calado menos porque desde luego no lo merecían.
Mientras cambiaban el escenario de Franz Ferdinand por el de Vetusta Morla, tenías ocasión de comprobar en la lejanía cómo el set de Octavian lucía más entretenido en vivo que en disco, especialmente cuando su repertorio consiente momentos tan pop y comprensibles por todos como ‘Feel It’. Finalmente, el concierto de Vetusta Morla en el FIB no tenía nada que ver con el visto recientemente en Mad Cool, pues pertenecía a su gira de celebración de los 10 años de su exitoso debut ‘Un día en el mundo’. Era el grupo de Tres Cantos el verdadero cabeza de cartel sobre el papel, muy merecidamente después de haber convocado a 38.000 personas en La Caja Mágica de Madrid ellos solos presentando su último álbum, si bien es cierto que tampoco convocaron especialmente a más gente que Franz Ferdinand, quizá porque el 40% de asistencia guiri queda casi excluido de un fenómeno de este tipo. Vetusta Morla por supuesto repasaron con un sonido impecable y mimo canciones como ‘La cuadratura del círculo’, ‘Copenhague’ o ‘Sálvese quien pueda’, con un delicadísimo tratamiento de las baterías y las percusiones extra. Hay algún guiño a su discografía posterior, supongo que a lo que encuentran más afín cronológica o estéticamente, como ‘Maldita dulzura’, pero apenas alguna canción de aquellos tiempos, como ‘Año nuevo’, me parece a la altura de las que han ido haciendo después. Para mí Vetusta Morla están ya muy por encima de esto y de las proyecciones a lo «lo lo lo lo». Pucho recordó que vino hace 22 años al FIB como público por primera vez, lo cual le sitúa como todo un pionero, y rogó por la supervivencia del festival en medio de esta pequeña crisis. Ojalá se escuchen sus palabras, pues con mejor o peor cartel, con unos dueños o con otros (hay rumores de nueva compra por parte de Arenal Sound), el FIB ha continuado siendo uno de los festivales mejor organizados, más divertidos, con mejor selección gastronómica y menos espera en barras y baños de nuestro país.