Como explicábamos en la crítica, uno de los grandes aciertos de esta pseudo-banda sonora que no es tal era cómo Beyoncé entrelazaba su situación personal con el contexto del argumento de la película que, además de una oda a la riqueza natural del continente africano, habla sobre aceptar lo inexorable de la vida y la muerte, y de saberse parte de ambas. En ese sentido, el medio tiempo ‘Bigger’ es un poderoso ejercicio lírico en el que Mrs. Carter se dirige sin tapujos a sus propios hijos, una Blue Ivy que aparece como estrella invitada en el disco y los gemelos Rumi y Sir, para ofrecerles una lección vital similar a la que el Rey León daba a su hijo Simba, resumida en sus primeros versos: «Si te sientes insignificante, piénsatelo otra vez / Mejor despierta, porque eres parte de algo más grande / No una mota en el Universo / No unas palabras en un verso de la Biblia / Eres la palabra viva / Eres parte de algo más grande / Más grande que tú, más grande que nosotros / Más grande que la foto que nos han enmarcado / Pero ahora lo vemos, no es un secreto».
Con esa premisa Bey intenta hacer ver a su prole (y de paso a todos los demás) el poder del colectivo, de saberse parte de los que sienten y padecen como nosotros. Más enternecedor aún es cuando traslada el foco a lo personal y, más frágil y honesta que nunca, confiesa a sus hijos lo duro que es ser madre («no puedo tomar días libres», repite dos veces de forma intencionada; «de verdad, así lo siento, tenía que decirlo dos veces») y esposa («sigue siendo muy duro, lo intento / pero te prometí que lucharía, así que lucho», le dice a Blue Ivy, revelando que el viejo resquemor que la llevó a escribir y publicar ‘Lemonade
‘ no se ha apagado del todo). Más confiada suena cuando habla del amor como «un agua» que vierte sobre sus hijos para que ellos la viertan de vuelta sobre ella, y se define como las raíces del árbol que ellos son ya. «Lleváis mi sangre», dice en un momento, «y os vais a levantar».Este mensaje tan emocional está envuelto en una canción que puede presumir de una enorme sutileza en su desarrollo, perpetrado por la propia Beyoncé (que ejerce de co-productora en cada canción del disco) y su fiel músico Derek Dixie, con el que lleva trabajando desde ‘Beyoncé‘: apenas unos teclados conducen la canción, a la que se van incorporando tenues arreglos de guitarras y coros femeninos mientras Bey percute sus versos con gran agilidad. Así prosigue gran parte de la canción, que solo eleva ese tono cuando alcanza el puente e irrumpen unas cuerdas y unas percusiones contenidas, junto con la voz de la británica Rachel Keen, RAYE, que está entre las co-autoras de la canción. Su outro, con un órgano hammond y ecos acompañando de nuevo a Queen B mientras vuelva a incidir en ese «we’re part of something way bigger», cierra el círculo de manera intachable.
La importancia de ‘Bigger’ a todos los niveles la demuestra también el hecho de que el vídeo oficial de ‘Spirit’ se vio ampliado con una versión extendida posterior. En él, con una estética similar, vemos a Beyoncé de nuevo imponentes en aún más imponentes escenarios naturales, esta vez acompañada en algunos planos por su propia hija Blue Ivy, enfatizando el simbolismo de la canción y el paralelismo con la película. Solo que en este caso las que reinan son las «leonas».