La banda, una de las más longevas y queridas dentro de la escena indie-pop de Reino Unido, debutó a mediados de los ochenta con el EP ‘Jimone’ (Factory Records, 83), y desde el primer momento contó con Morrissey y Johnny Marr entre sus primeros seguidores. Después de eso, en las siguientes tres décadas, los de Manchester no pararon de facturar canciones tan queridas como ‘Come Home’, ‘Sit Down’, ‘She’s a Star’ o ‘Laid’.
Pero si hay algo que puede atribuirse a James, y quizás sea el secreto de la longevidad de la banda, es su capacidad de reinvención. Muestra de ello fue el predecesor de ‘Living In Extraordinary Times’, ‘Girl at the End of the World’, trabajo para el que contaron con a la producción de Max Dingel, colaborador de bandas como The Killers o Muse.