Jill Solloway escogió a un actor cisgénero para interpretar el personaje principal de Maura, lo cual en 2014 no fue el escándalo que habría sido en 2019, pero finalmente ha tenido que precipitar el final de la serie después de que Jeffrey Tambor haya sido acusado de acoso sexual por dos mujeres trans del equipo de la serie, propiciando el despido de Amazon. A decir verdad, y contra todo pronóstico, la serie podría haber subsistido sin el mismísimo «trans-parent» protagonista: el encanto de toda la familia Pfefferman ha sido probado a lo largo de estos cuatro años. Judith Light, interpretando a la ex mujer de Maura, tiene una vis cómica que se come la cámara en cada plano, y hemos de querer a los tres hijos de ambos, Sarah, Ali y Josh, en su camino por ser ellos mismos, por defender sus relaciones abiertas, su bisexualidad, sus relaciones no heteronormativas o sus géneros no binarios.
‘Transparent’ ha sacudido los cimientos de aquello que muchos entendían como «familia disfuncional», ofreciendo capítulos para la reflexión para la propia comunidad LGTB+ y el propio feminismo, como ese en el que Maura es expulsada de un campamento feminista porque no la consideran una verdadera mujer. Lamentablemente, Solloway no ha aprovechado la fuerza de sus personajes secundarios para ofrecer un desenlace a la altura, optando por un extraño musical de ínfulas arty (esa escena en el bosque, esa especie de parodia de ‘La tribu de los Brady’) que no va a ningún sitio.
Este ‘Musicale Finale’ se extiende hasta los 100 minutos de duración cuando una de las gracias de la serie era su brevedad, y no logra acercarse en su pretensión musical al entretenimiento kitsch, erótico-festivo y glam de, por ejemplo, John Cameron Mitchell. Jill Solloway, cual alcaldesa de Móstoles, ha cometido la torpeza de enchufar a su hermana Faith Solloway para escribir todos los números musicales, dando como resultado una serie de canciones totalmente inanes y de escenas que pululan entre lo extraño y lo sonrojante, como ese número por el “Joyocaust”, en el que esta familia de judíos intenta convertir en «alegría» el Holocausto. ¿En serio?
Como un mal vídeo en formato largo de Le Tigre, Stuart Murdoch o Adam Green, el final de ‘Transparent’ no sabe aprovechar la desaparición de Maura para generar dramatismo (esa escena en la que los tres hijos huelen su cama pasa demasiado rápido), ni tampoco para extraer humor como lo habrían conseguido Los Javis. Este ‘Musicale Finale’ se apunta el tanto de sumar a los doppelgängers de los personajes principales, lo que incluye a la Maura que siempre debió ser; así como la recuperación del personaje de Raquel, que se queda la mejor parte del guión («el dolor es como el océano»), pero en realidad uno pasa esta hora y media más que nada sufriendo al imaginar cómo los actores han tenido que enfrentarse con sus pobres voces a este desaguisado. 5.