El Columpio Asesino han vuelto tras cinco años con ‘Huir’, un single malvado marca de la casa pero a la vez muy accesible, que desde luego no ha buscado repetir la fórmula de ‘Toro’ ni la del último disco de los navarros publicado hasta la fecha, ‘Ballenas muertas en San Sebastián‘. El giro no solo accesible, sino también con potencial de «crossover» comercial, en el sonido de El Columpio Asesino se confirma con el segundo adelanto de ese nuevo disco que publican el próximo mes de febrero, y cuyo videoclip escrito y dirigido por Yago Garbizu estrenamos en JENESAISPOP.
‘Preparada’ puede ser la canción más disco y pop jamás publicada por El Columpio Asesino, lo que puede emparentar su evolución artística a la de grupos coétaneos como Arcade Fire, pero lo cual tampoco significa que abandone la perversión tan habitual en sus letras. La protagonista de esta canción es una mujer «disociada en dos personalidades opuestas» e «incapaz de encontrar el equilibrio y la armonía» entre ambas, que se siente atrapada en un «juego de espejos». Desde un ánimo de autosuperación, la mujer decide aniquilar una de esas dos personalidades -el «cisne negro y el blanco»- que no pueden convivir para encontrar la paz. Así, la canción habla de una necesidad de morir para «empezar de nuevo», pero también utiliza ese tipo de imágenes incómodas («y lanzaré cerillas al sofá, regándolo bien antes con alcohol, una nube negra enmarcará, una nueva mentira en tu funeral») que sí asociaríamos directamente a los autores de ‘De mi sangre a tus cuchillas’.
La imagen de un «juego de espejos» utilizada en la nota de prensa para describir ‘Preparada’ no puede ser casual, pues eso es exactamente lo que es esta dinámica y caleidoscópica canción que de manera muy elegante va añadiendo novedades a través de la instrumentación. Porque dentro de que es una canción bailable con poco misterio en apariencia, El Columpio Asesino van «regándola» con decisiones muy inteligentes a lo largo de su minutaje. Por ejemplo, cuando en el segundo estribillo, la voz de Cristina es sustituida por la aparición de un teclado espacial que la dirige directamente hacia su puente, la canción conoce una cumbre inequívoca. Y también es un acierto el modo en que un precioso punteo de guitarra aparece de la nada hacia el final para llevarla a su conclusión, posándose en ella como una sombra. Y así es como un tema que puede parecer uno más en los primeros segundos de escucha, se convierte, gracias a estos sencillos pero cruciales elementos, en un temazo que reproducir en bucle.