En este nuevo trabajo producido por David Baldo, Laín reviste la vulnerabilidad de sus letras con influencias que van de «Portishead» a «Peter Gabriel» pasando por «Radiohead, Eels o Elliott Smith». Títulos tan carismáticos y contemporáneos como ‘Whatsapp Audio’ o ‘Corazón Destroyer’ se suceden a través de sonidos que remiten al slowcore (‘Corazón Destroyer’) tanto como al sonido de PJ Harvey, Hole o, barriendo para casa, el de Hinds o la primera Maika Makovski (‘Marcian’, ‘No News Are Bad News’). Por otro lado, el sonido de rock de raíz americana asoma en la balada con guitarras y voces autodobladas de ‘A Horse in a Shoe Box’, mientras los ecos de aquel primer EP regresan en la breve ‘Focus’, que comienza a piano para luego atravesar una etapa Beatles y otra etapa Bowie.
Si la electricidad que manda en ‘B-Sides’ no excluye lo variado y da lugar a un trabajo por momentos sucio y sin voluntad de contener la rabia, como en el single ‘Fast Food’, también hay en él espacio para la intriga y el misterio. Es el caso de la mencionada ‘Corazón Destroyer’, una colaboración con Luis Basilio (Los Nastys) en la que es difícil no escuchar, aunque sea de manera vaga, a David Lynch o a la Lana Del Rey de ‘Ultraviolence‘. Su oscuro videoclip, recién estrenado, juega con la estética VHS y reafirma las posibles inspiraciones.