Evocando esos centros neurálgicos de la vida social de hace unos cien años en su país, lo cierto es que ese nombre supone una buena metáfora para su música. Porque tiene ese toque marcial y tecnológico del punk post-kraut rock al que tanto partido sacaron The Fall o Wire. Pero también cuentan con un aire lúdico y hedonista en sus melodías, que por momentos también remite a los New Order claroscuros de los primeros años post-Ian Curtis. Así lo mostraban sus primeras canciones, ‘Bad Blood’ y ‘Suburban Heights’
, que les han valido el fichaje por un sello independiente tan poderoso como Heavenly Recordings (Mark Lanegan, Saint Etienne, Hatchie, The Parrots).Ya en él han presentado en las últimas semanas las potentes ‘Teeth’ y ‘White Rooms and People’, que les emparentan tanto con la nueva ola de los 80 como con el punk-funk de principios de los 00s (Radio 4, The Faint), anteponiendo el carácter melódico y el gancho en su propuesta. Así, apenas cuatro canciones les han valido para situarse en la vanguardia de nuevas bandas británicas a seguir en este 2020 (junto a Sports Team o Black Country, New Road), para ser invitados por Fat White Family, Baxter Dury o Noel Gallagher a sumarse como teloneros en sus respectivas giras. Y, también, para actuar el próximo verano en festivales como Bilbao BBK Live 2020. No dejaremos de seguir su evolución.