‘Killing Eve‘ –que, por cierto, TVE emitirá en abierto en breve– no solo destaca por ser una de las series más vibrantes y divertidas, sino también por su interesante banda sonora. En ella, para sorpresa de muchos, destacaba la inclusión de un tema del músico español Andrés Costureras bajo su alias Pshycotic Beats. Hablamos de ‘Killer Shangri-lah‘, una canción en la que Phil Spector y The Crystals resonaban como fantasmas de surf rock a través de la instrumentación de Costureras y la voz de Pati Amor, rememorando también el misterio de ‘Twin Peaks’ –una de sus obsesiones–. Con más de un millón de reproducciones en Spotify, el tema llegó a ser incluido en una playlist de PJ Harvey. [Foto: Alfredo Arias.]
La canción era, curiosamente, una rareza en su discografía: su debut ‘Rexer Flash‘ (2012) se centraba en electrónica clásica y oscura, enteramente instrumental; ‘Dormihcum‘ (2013), en el que se incluía su mayor éxito, proseguía esa línea, pero también con partes vocales cantadas por él y Pati Amor, abriendo la paleta de sonidos a influencias decalaradas como Scott Walker, David Sylvian o Nick Cave; y ‘The Black Sea‘ (2017), era aún más rico en esa faceta, conviviendo con el hedonismo de ‘From Disco Section to House Foundation (Confined to Your Music)’. Pero en unas semanas reaparece con un disco que ahonda en esa senda que tantas alegrías le ha dado.
Se trata de ‘The Bleeding Songbook’, un EP que le reúne, siete años después, con su vocalista-fetiche Pati Amor, celebrando ese éxito. Cinco nuevas canciones en la estela de ‘Killer Shangri-lah’, en las que recibimos «efluvios sonoros que nos evocan a Tarantino y Almodóvar, con permiso de David Lynch y Buñuel». Grabadas con músicos de sesión, Andrés Costureras refleja en ellas «muchas de sus benditas y más confesables obsesiones musicales de siempre»: Phil Spector, Joe Meek, Jack Nitzsche, The Ventures, The Crystals, Ike & Tina Turner, The Shangri-Las, Abbe Lane, Lola Beltrán, La Lupe… A modo de muestra, hoy en JENESAISPOP estrenamos su primer single y tema que lo abre, ‘Desciende a mí’.
De acuerdo con esa línea cinematográfica y espectral, se trata de un fascinante bolero oscuro con connotaciones sexuales, «tan sexy como inquietante», como define la propia nota de prensa: «Una letra desgarradora y ardiente y un estribillo aterciopeladamente pop –magistralmente interpretado por Pati Amor– se deja envolver –¿o es atar?– por un son que es, a la vez, lamento y deseo. Se trata de un pasaje sonoro, más camp que kitsch, de aromas húmedos y tostados, como perdido en un laberinto de pasiones situado en los años 50, en el que hay mucho dolor, pero aún más ganas de gloria. Un himno a la pasión libre y universal. Ah, se recomienda escuchar bajo la trémula luz de una lampara de lava». Encendedla, si la tenéis a mano, para contemplar su lyric-video, que traduce esa confesa influencia cinematográfica en sus maneras de títulos de crédito.