El australiano ha firmado baladas muy interesantes a lo largo de su carrera: ‘Talk Me Down‘, de su debut ‘Blue Neighborhood‘, era dramática y escalofriante, y ‘The Good Side‘, de ‘Bloom‘, enamoraba recordando a Sufjan Stevens. ‘Take Yourself Home’ no se parece a ninguna de ellas. Es una «balada dance triste», como el propio cantante ha explicado, y su atmósfera es fría y desolada: los coros «uuuh» que suenan al principio parecen emular el movimiento de un viento helado, y el estribillo de la canción es precioso pero a la vez, quizá por su componente medio acelerado, suena ligeramente descolocado, como fuera de lugar. De hecho, la canción, justo cuando parece necesitar un empujón, se reserva una sorpresa para el final.
Esta producción de Oscar Görres –productor único de ‘My My My!’ del propio Troye, también de la mencionada ‘i’m so tired’ y quien ha trabajado con artistas de lo más dispares, desde Maroon 5 a David Bisbal– evoca una atmósfera de tristeza serena ante un mundo hostil, el cual está perfectamente representado en su «lyric video», y por supuesto también en una letra en la que Troye canta sobre sentirse perdido en el mundo. «¿Quién estás intentando ser cuando miras tu cara en el espejo?», «¿vale la pena jugar a un juego que ya has perdido?», «tengo todo y nada en mi vida»… En un breve mensaje, Troye explica que ‘Take Yourself Home’ cuenta el momento en que decide «revaluar» su vida, «volver a casa» para estar con su familia, sus amigos y volver a crear música como lo hacía antaño, quizá sin las presiones de la industria. De la canción se desprende ese deseo de liberarse de los artificios de Hollywood y de reencontrarse con una pureza perdida.
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