«Entiendo bastante bien por qué a alguien en el equipo de Sam Smith se le pudo ocurrir lo de la parafernalia olímpica para ‘I’m Ready’: ese estribillo-no-tan-estribillo tan over the top evoca cierta grandilocuencia que le va que ni pintada al espectáculo deportivo y sus ceremonias de apertura y clausura. Es una lástima que la vil Covid-19 haya arrebatado a Smith y Demi Lovato la oportunidad de cantarse este tema en uno de esos galotes, con bien de pirotecnia… porque realmente fuera de ese ámbito suena algo desubicado. Y eso que la oscuridad reminiscente del ‘Yeezus’ de Kanye West en los versos y el pre-coro del tema co-escrito por sus intérpretes con el exCardigans Peter Svensson y los productores ILYA y Savan Kotecha parecen un buen punto de partida. Pero por desgracia al gancho principal le falta algo de enjundia, como si en realidad fuera el pre-coro y alguien se olvidara de rematar la canción con un buen estribillo. Así que no, esta vez no cabe culpar a Demi, que está relativamente bien hasta su ya recurrente grito. Lo mejor que nos deja ‘I’m Ready’, sin duda, es el momento en el que en su vídeo la «drag race» se postula como disciplina olímpica». Raúl Guillén.
«Sam Smith conquistó a muchos con el breakbeat de ‘Money On My Mind’ en 2014, después se excedió con las baladas y el año pasado remontó con un par de producciones bastante chulas, ‘How Do You Sleep?’ y ‘Dancing With a Stranger’. Su tercer álbum, en cambio, no pinta nada bien tras la decepcionante ‘To Die For’
y esta ‘I’m Ready’ cuya producción apunta sin motivo al citado 2014: el año después de ‘Yeezus’ y ‘Beyoncé’. Sonando así de viejuna, se acompaña además de una melodía rancia que solo cuela por el recurso de la repetición. Una de las producciones más feas oídas últimamente en el mundo mainstream». Sebas E. Alonso.«Siempre he sentido una predilección especial por las voces que suenan a medio camino entre molar y ser muy desagradables. Es decir, por las voces tipo Anastacia (¡arriba Anastacia!). O Sam Smith. La de Demi Lovato me parece desagradable sin matices, así que ‘I’m Ready’ me gusta necesariamente un 50% menos antes de haberla escuchado. Después, la valoración es incluso peor: ya no es que la producción suene anticuada y desesperadamente épica, es que ese estribillo no debería haber salido nunca de un estudio. Lo mejor de la canción es la incorporación del coro góspel, pero incluso esta puede considerarse un recurso fácil. En definitiva, ‘I’m Ready’ vuelve a ser ejemplo de que este tipo de colaboraciones entre artistas de primer nivel tienden a restar más que a sumar». Jordi Bardají