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The Magnetic Fields convierten una banda de moteros en una fantasía cómica y homoerótica

Culminando la semana dedicada a The Magnetic Fields por la publicación de su notable nuevo álbum ‘Quickies‘, en la que además de publicar una entrevista con Stephin Merritt, hemos repasado todos sus discos –incluidos los de su primera etapa y su obra maestra ‘69 Love Songs‘–, volvemos a poner el foco en otra de las estupendas canciones de este trabajo compuesto por 28 canciones de no más de dos minutos y medio. Y es el turno de ‘(I Want to Join A) Biker Gang’, otro de los adelantos que, como ‘The Day the Politicians Died‘, han servido de single al disco.

«Biker Gang» es quizá la canción más maximalista y convencional, en cuanto a instrumentación y duración, de ‘Quickies’. En un disco que no es un disco de grupo en absoluto, como nos reconocía Merritt en nuestra charla, en «Biker Gang» se percibe la participación de los habituales Sam Davol, John Woo, Claudia Gonson y Shirley Simms, más Chris Ewen (mellotron) y Benny Grotto (percusiones), con arreglos –muchos de ellos interpretados con instrumentos construidos por ellos mismos con cajas de puros y vino– que llenan el tema, en contraste con el minimalismo de buena parte del quíntuple disco. Es además una canción redonda en su economía, con versos y pre-coros que hacen las veces de ganchos, irresistibles.

En ella, Merritt fantasea sobre unirse a una de esas bandas de moteros tan carpetovetónicas como peligrosas (a menudo relacionadas con la delincuencia) que ruedan por Estados Unidos, y que películas de los 70 como ‘Easy Rider’ y ‘El precio del fracaso’ glamurizaban. De hecho, el vídeo que ha creado Robert Edridge-Waks se basa en filmaciones de serie B (aunque por ahí asoma Michael Caine, nada menos) o incluso de aficionados de esa época. Lo mejor, como siempre, está en su irónica letra, que marca la diferencia.

«Quiero unirme a una banda de moteros / quiero participar en un gang bang / Me gusta mi vida vacía pero… «tachán» / Quiero unirme a una banda de moteros», dice el primer verso/coro de la canción, que luego ahonda en su fantasía homoerótica con besos a su compañero de moto «sordo y tonto» y con todo ese vello facial, dejando colgados a su mujer e hijos y re-bautizándose como «Colmillo» (fang). «Creo que cuando pase la pandemia va a haber muchos que se unan a una banda de moteros», le decía servidor a Stephin al hilo de esta canción en nuestra conversación. «¡Sí! Cuando escribí la canción no quería unirme a una, pero después de ver el vídeo, definitivamente quiero estar en una banda de moteros. Parece muy divertido», respondía. Pues sea.

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Publicado por
Raúl Guillén