Su encanto era (es), en todo caso, innegable, y eso la llevó a abrir conciertos para Tyler Ramsey (ex-Band of Horses) y Crystal Fighters, mientras seguía escribiendo las canciones del que sería su primer largo. Un disco que era confirmado semanas atrás: ‘Margaritas y lavanda’, verá la luz el próximo septiembre, ha sido producido de nuevo por John Caballés (cantautor que ha ejercido de músico y productor para Antonio Orozco y Maldita Nerea), será editado con el apoyo de BMG y distribuido por Altafonte. Su primer adelanto, ‘Dear Murphy’, mostraba primero su apuesta ya decidida por el castellano como lengua de expresión, y segundo que ha desencorsetado su voz y la deja fluir con más libertad, con inflexiones que pueden ser algo chirriantes a veces, pero que a la vez le otorgan más carácter.
Unos giros vocales que reitera, acaso con mayor empeño, en la recién estrenada ‘Fotosíntesis’ (esos «iae, iae, iae» que la emparentan más si cabe con Lourdes Hernández). Pero también, que su enfoque musical dista mucho de lo convencional, alineándose con cantautoras que escapan de los límites de esa etiqueta como Faye Webster o Stella Donnelly. Aunque, curiosamente, una nueva canción que no tendrá cabida (o eso parece) en su debut es precisamente la que más nos ha engatusado.
Hablo de ‘Te invito a mi piscina (para matarte)’ que, como obvia su título, lo hace porque se libera del todo del perfil blanco e inane que cabía atribuirle con sus primeras canciones, sobre todo en esa explícita («estos días me he vuelto una asesina») y divertida («porque tú te has quedado con todos y pensado romperte los codos») letra de venganza, entre lo naif y lo perverso. Pero también por lo que tiene de inesperado su envoltorio musical, con tintes lo-fi –la guitarra eléctrica rasgada tímidamente, la caja de ritmos que parece de juguete, los juguetones toques de fondo, las voces dobladas– que la alejan de lo previsible. No cabe duda de que, sobre todo teniendo en cuenta su juventud, lo de Maren podría dar mucho de sí.