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Phoebe Bridgers reafirma su «odio» por Eric Clapton, al que llama «mediocre» y «racista»

Uno de los momentos más extraños del último disco de Phoebe Bridgers -y hay bastantes, la mejor canción habla sobre cancelar un concierto en Japón o no– es una frase contra Eric Clapton en el tema ‘Moon Song’. La letra de este tema dice que «Odiamos ‘Tears in Heaven’, pero es una pena que su hijo muriera».

La cantante, que está siendo una de las sensaciones del año tras alcanzar el top 6 en Reino Unido con este nuevo largo llamado ‘Punisher‘, y recientemente ha presentado un videoclip para la canción más Sufjan Stevens del disco, ‘I Know the End‘, ha sido preguntada por ‘Moon Song’ en Double J. Allí ha dicho que no ha tenido ninguna reacción por parte de Eric Clapton ni de su equipo y que tampoco le importa. «No es que nuestros diagramas de Venn estén muy conectados. Despotrico contra Eric Clapton porque creo que su música es extremadamente mediocre, pero también es un famoso racista. A veces creo que la gente es demasiado problemática para ser cancelada o no es lo suficientemente relevante para ser cancelada. Quiero decir que ni siquiera saldría en las noticias si dijera que es racista a día de hoy, porque dijo algo racista en los 60 o en los 70. La letra de la canción iba a ser «odiamos a Eric Clapton». Es de hecho un poco peor ahora, porque ahora es sobre la canción del bebé muerto, la cual es una canción que rompe el corazón. Si tuviera que elegir una canción de Eric Clapton, esta es una de las que de hecho me gustan, así que es como una mentira que hay en el disco, pero suena más poético».

Phoebe Bridgers se está refiriendo a unos comentarios racistas que Eric Clapton hizo en un concierto en 1976. Como recuerda este artículo de The Quietus, lo que Eric Clapton dijo en aquel show es que era abiertamente «racista», se metía con los «jodidos saudíes tomando Londres», alababa al conservador Enoch Powell como posible primer ministro y llamaba a la «Gran Bretaña blanca» de manera larga y extendida, pidiendo que los «negratas» fueran expulsados del país.

Eric Clapton se ha disculpado varias veces por la declaración a lo largo de las décadas, asociándola al elevado consumo de drogas y alcohol que consumía cada día desde primera hora de la mañana. Entre otras cosas, declaró: «autosabotée todo de mi propia carrera. Tenía mucho miedo de ser quién era, me daba mucha vergüenza ser quién era, como alguien medio racista, lo cual no tenía ningún sentido. La mitad de mis amigos eran negros, salía con una mujer negra, y defendía música negra».

44 años después de una de las declaraciones más desafortunadas que un músico haya hecho jamás, podemos preguntarnos si hay que perdonar la gravedad de sus palabras -o no porque… ¿exactamente cuánto hace de que considero sus palabras «medio racistas»?-; si hay que cancelar a Phoebe Bridgers por la superficialidad de sus declaraciones sobre «el bebé muerto»; o si nos quedamos con Nick Cave. Ajeno a esta polémica, esta semana ha escrito, en respuesta a una de esas preguntas que le suelen hacer en su web, sobre la cultura de la cancelación, a la que ha definido como «la antítesis de la misericordia». Dice en un largo texto que merece la pena releer: «La corrección política ha crecido hasta convertirse en la religión más infeliz del mundo. El otrora honorable intento de reimaginar nuestra sociedad de una manera más equitativa ahora encarna todos los peores aspectos que la religión tiene para ofrecer (y nada de su belleza): la certeza moral y la justicia propia, despojada incluso de su capacidad de redención. Se ha vuelto bastante literal, la mala religión se ha vuelto loca».

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Publicado por
Sebas E. Alonso