Música

Alerta Roja: la música en vivo, en la cuerda floja

Ante la gran movilización anunciada por los trabajadores del mundo del Espectáculo y los Eventos para hoy 17 de septiembre, nos ponemos en contacto con cuatro políticas para analizar la situación del sector: Andrea Levy (PP), Jazmín Beirak (Más Madrid), Marta Rivera de la Cruz (Ciudadanos) y Sofía Castañón (Podemos). Cuatro mujeres de cuatro partidos distintos y que operan en diferentes estratos de la administración pública (nacional, autonómica y local). Todas ellas, eso sí, especializadas en el área de Cultura, algunas con responsabilidades de gobierno. Nos hemos puesto en contacto con el Ministerio de Cultura y Deportes de José Manuel Rodríguez Uribes -y también con algún representante del PSOE- pero no han respondido a tiempo para la realización de este artículo. Esperamos incluir su opinión en las próximas horas.

Allá por el 14 de marzo de 2020 el Gobierno de España tomó una decisión extraordinaria. Se decretó el estado de alarma y se impuso una cuarentena nacional para evitar la propagación de la enfermedad del coronavirus. La Covid-19 golpeó nuestra sociedad de una forma tan brutal como vertiginosa. Más de 40.000 víctimas mortales en sólo 4 meses. Consecuentemente la medida se fue prorrogando hasta el 21 de junio, día en que abandonamos definitivamente el confinamiento tras una desescalada asimétrica. En ese periodo se paralizaron todas las actividades consideradas “no esenciales”, entre ellas, lógicamente, los eventos y espectáculos. Tras años de proliferación de festivales musicales por toda nuestra geografía, este verano nos hemos encontrado con un panorama bien distinto: todos cancelados. Lo que sí hemos podido ver ha sido a profesionales del sector reinventando los formatos para adecuarse a las circunstancias: aforos reducidos, asientos asignados, geles hidroalcohólicos… y bajadas de caché. Un esfuerzo que se ha visto truncado con la llegada de los primeros rebrotes a finales de agosto. Ciclos cancelados, desafortunadas campañas institucionales y la falta de un marco jurídico común han derivado en una concienciación sectorial nunca antes vivida en la industria musical patria. Tanto es así que hoy, 17 de septiembre, por primera vez los trabajadores del mundo del Espectáculo y los Eventos realizarán una gran movilización en las principales ciudades del país convocados por la plataforma Alerta Roja para exigir al Gobierno una serie de medidas específicas para ayudar al sector.

Jazmín Beirak (Más Madrid): «Madrid, proporcionalmente, ha hecho poco»

Jazmín Beirak, historiadora del arte y portavoz de Cultura de Más Madrid, considera una buena noticia esta iniciativa: “la autoorganización del sector es la única manera de lograr ser escuchado. Creo que la alianza entre los diferentes subsectores es lo que va a hacer más fuerte al sector y permitirle introducirse en la agenda de políticas públicas. El sector cultural está entre los más castigados por los efectos económicos de la crisis sanitaria. Estamos ante una pandemia, y hay daños que son inevitables, pero hay muchos otros que serían menores si existiera mayor sensibilidad por parte de las administraciones públicas”. La Concejala de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, también se posiciona a favor: “empatizo totalmente con el sector y entiendo el sentido de esta movilización. El Gobierno no ha reaccionado ante sus demandas en todos estos meses y se han desentendido de las miles de personas que hacen de la cultura y los espectáculos un motor económico a nivel municipal, regional y estatal. Sin Cultura, no podemos avanzar como sociedad y nuestra identidad como país desfallece. La situación es muy compleja. Lo que creo que tiene que hacer el Gobierno es, en primer lugar, sentarse con el sector. Escuchar sus demandas y sus propuestas y tomar buena nota. Porque el teatro que cierre o la compañía que cese su actividad, difícilmente volverá a funcionar tras esta crisis sanitaria. Es un momento crítico y el ministerio de Cultura debe de estar a la altura o, si no, repensar para qué sirve”. Para Sofía Castañón, Diputada Nacional y Secretaria de Cultura de Podemos, hasta ahora “las medidas que se han tomado han sido fruto de la movilización durante el confinamiento y no acaban de ajustarse a la realidad del sector. La cultura en vivo ha sufrido un nivel de restricciones altísimo, ejercido con mucha arbitrariedad, lo que genera una sensación de agravio comparativo en un sector ya de por sí precarizado”, aunque asegura que “el compromiso del Gobierno es el de salir de esta situación sin dejar a nadie atrás” .

Andrea Levy: «Es un momento crítico y el ministerio de Cultura debe de estar a la altura o, si no, repensar para qué sirve»

No obstante, la diputada de la Asamblea de Madrid Jazmín Beirak considera que existe una responsabilidad compartida ya que las competencias culturales recaen en todas las administraciones: “Las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos pueden inyectar dinero al sector mediante ayudas y, muy importante, gestionan la mayor parte de los equipamientos culturales o tienen la responsabilidad en la ordenación de los espectáculos públicos. Se suele mirar solo al Estado, pero lo que se haga a nivel autonómico o municipal es muy importante también” y opina: “Hay administraciones que se han quedado realmente cortas. Por un lado Madrid, que proporcionalmente a la cantidad de empresas y de actividad que alberga ha hecho realmente poco y, por otro, el Estado, en el que ha habido problemas notables de reacción y escucha”. En ese sentido, Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid y Responsable de Cultura de Ciudadanos, afirma que: “La Comunidad de Madrid puso en marcha una apuesta decidida e inmediata al confinamiento por estimular la contratación del sector. También hemos hecho un gran esfuerzo para aumentar la financiación del caché de las compañías que participan en la programación de la Red de Teatros”. Igualmente, Andrea Levy saca pecho de su gestión: “Nuestra intención, y misión, es mantener activa la vida cultural que sucede en la ciudad adaptándola a las cambiantes circunstancias. La Industria de la Cultura es clave para Madrid. Desde el Área de Cultura, Turismo y Deporte, tanto yo como mi equipo, seguiremos trabajando para que Madrid goce de una oferta activa, rica y variada”.

Marta Rivera (Ciudadanos): «No se ha producido ningún rebrote asociado a la actividad cultural»

Algo en lo que todas coinciden es en la necesidad de activar las agendas culturales de las administraciones públicas: “Compartimos el objetivo de mantener la contratación, en la medida de lo posible” afirma Marta Rivera de la Cruz, “es muy importante que desde las instituciones públicas y desde el sector recordemos que no se ha producido ningún rebrote asociado a la actividad cultural”. Sofía Castañón reconoce que “hay administraciones locales que lo han hecho durante todo el verano. Y de signos políticos distintos. Han empleado el presupuesto de las fiestas que no podían tener lugar en programar teatro y conciertos. La cultura es segura y lo está demostrando de manera impecable”. Jazmín Beirak profundiza en esa idea: “El sector de los eventos culturales ha sido ejemplar en la aplicación de medidas. Muchos de los espacios en los que se produce el hecho cultural en realidad son mucho más fáciles de controlar que la mayoría de los que usamos en nuestra vida diaria”.

Pero más allá de cuestiones relacionadas con la contratación directa, el sector de la música en vivo reivindica también cambios significativos en materia fiscal. Jazmín Beirak opina que el Gobierno debería prorrogar la prestación especial por cese de actividad porque “mientras continúen las restricciones de aforo la situación sigue siendo anómala. Algunas salas y teatros están pudiendo abrir, no todas, pero aun así el hacerlo con aforos reducidos conlleva pérdidas económicas, por eso tiene todo el sentido prorrogar la prestación especial hasta que la situación coyuntural esté superada”. Preguntada al respecto Levy comenta que “debería prorrogarse el sentido común y todas las medidas necesarias para evitar el cierre de empresas del sector. El Ministro de Cultura debe de estudiar las fórmulas para que la vida de las empresas culturales, y de sus trabajadores, sea posible y continúe su actividad. Las ayudas deben ser directas y hacer foco en el núcleo de los problemas para paliarlos”. Para Sofía Castañón “las líneas de avales de ayudas a la financiación que se han habilitado a través del ICO son suficientemente flexibles en este sentido. Los plazos de amortización, por ejemplo, son amplios, y el período de carencia inicial alivia la situación en una coyuntura difícil como la actual”. Rivera de la Cruz asegura que “para la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, dotar de liquidez a las empresas y autónomos culturales y turísticas ha sido una prioridad desde el mismo día que se decretó el estado de alarma”.

Una medida en la que, parece, podrían ponerse de acuerdo es en la aplicación de un IVA reducido para los sectores vinculados a la Industria Cultural: “Creemos que sí. De hecho, la Consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid pidió en junio, en una carta al Ministro Uribe una bajada del IVA cultural de manera inmediata”, cuenta Marta Rivera de la Cruz. “Lo dije el pasado abril: una bajada del 21 al 10% haría posible, por ejemplo, que las distintas administraciones públicas vieran incrementado su presupuesto para la contratación de espectáculos en un 11%. Los artistas y profesionales de los diferentes sectores no piden que se les haga un favor sino que se les dé la oportunidad de trabajar” asegura Andrea Levy. Por su parte, Sofía Castañón también lo ve con buenos ojos: “Esta es una demanda anterior a la crisis sanitaria y pienso que tiene que ser algo que tiene que estar sobre la mesa en un proceso de reactivación económica”. Jazmín Beirak, aporta algunos matices: “Es positivo aplicar tipos reducidos para la cultura, ya que pueden servir para incentivar su consumo, algo que debería ser una prioridad de cualquier gobierno, ahora, hay que estudiar muy bien el detalle de las actividades sobre las que se aplica para evitar que de estos tipos reducidos se beneficien actividades que no lo necesitan”. Y añade: “Algo que también podría ser útil en este sentido es incentivar económicamente el consumo cultural, inyectar dinero en el consumidor final es también muy eficaz para la sostenibilidad del sector, además de suponer también una política para facilitar el acceso a la cultura”.

Sofía Castañón: «A la sociedad le falta ver que la mayoría en la cultura vive una situación precaria»

Sea como fuere el mundo de la Cultura en nuestro país, y particularmente el sector del Espectáculo y los Eventos, se encuentra en una encrucijada mayúscula. “A la sociedad le falta ver que la mayor parte de las personas que trabajan en la cultura (y esto no es hablar sólo de creadoras sino de técnicas, de todas, todas las personas que están ahí) tienen una situación de gran precariedad laboral” afirma Castañón. Salas de música en vivo, algunas de ellas históricas, obligadas a echar el cierre, reputados productores que tienen que desmantelar sus estudios, músicos con giras a sus espaldas obligados a regresar a su vivienda familiar, técnicos de sonido que han conseguido un trabajo como repartidores de comida a domicilio… Jazmín Beirak es categórica: “Trabajar en cultura en este país no es nada sencillo. La falta de relevancia social y el desinterés por parte de la clase política es más que notable”. Desde las diferentes asociaciones del sector se habla de “catástrofe” y “abandono”. Andrea Levy pide a los trabajadores de la cultura “que no se rindan. La Cultura, a veces, es un deporte de riesgo que siempre ha exigido dedicación, esfuerzo y amor. Siempre nos ha acompañado incondicionalmente; por eso, aunque haya momentos duros, hay que seguir al pie del cañón”. Según datos de “Alerta Roja” el sector aglutina a profesionales y empresas con un impacto directo estimado en el tejido económico del 3,8% del PIB español y es creador de 700.000 puestos de trabajo. Con estas cifras no es exagerado afirmar que si no se toman medidas urgentes la desaparición, al menos parcial, del sector es una posibilidad factible. En ese sentido Sofía Castañón asegura: “Por mi parte, asumo el compromiso de hacer lo posible por que la dignidad, los derechos laborales y el futuro sean una realidad para todas ellas. Por una innegable cuestión de justicia, y porque no nos podemos permitir como sociedad dar la espalda a la cultura en su diversidad”. Veremos hacia dónde se dirige la situación a partir de hoy.

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Publicado por
Tomás Mayo