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«Estoy enfadada y avergonzada por este asalto a la democracia»

Que 2020 fue un año nefasto pasó de ser un hecho a una muletilla recurrente que cada vez tenía menos sentido mencionar. En el sexto día de 2021, lo visto en televisión y en la prensa digital nos hace temer que lo que venga pueda ser peor, si cabe. Una multitud de seguidores de Trump formada por «miles» invadía el Capitolio este miércoles, por la fuerza, en el día en que se tenía que certificar la victoria de Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En su negativa a aceptar la realidad, uno llegó a ocupar el lugar del presidente del Senado; otro entró en la oficina de Nancy Pelosi. Este, un hombre de 60 años de Arkansas, dejaba una nota a la presidenta de la Cámara de Representantes que decía «No nos rendiremos», antes de posar con un sobre suyo frente a las cámaras. «Pero no lo he robado, dejé 25 centavos sobre la mesa», decía a posteriori sin ninguna vergüenza, la misma con la que se refería a Pelosi como «puta»: «Nancy, «Bigo» was here, you bitch».

Este «asalto sin precedentes a la democracia de Estados Unidos», en palabras de Josep Borrell, ha dejado ya 4 muertos -una mujer dentro del Capitolio que recibió un disparo, y otras tres personas en Urgencias-. Mientras incluso George W. Bush calificaba las imágenes como propias de «una república bananera, no nuestra república democrática», en España VOX jugaba a beneficiarse de la situación, recordando protestas de Podemos en el Congreso o escraches, pero no los reiterados a Pablo Iglesias, Irene Montero y a sus hijos menores en su casa, a diario, sino los alentados «contra VOX por la Generalitat». La gravedad y la cercanía de lo ocurrido en Washington DC ya daban miedo a esas alturas de la noche.

La victoria demócrata en las presidenciales ha sido confirmada en la madrugada de la capital estadounidense una vez pudo retomarse la sesión a partir de las 20.00, hora local. El Congreso ha ratificado la victoria de Biden, si bien dejando severamente dañada la imagen de las instituciones en un país profundamente dividido. Y con ello, la amenaza al resto de Occidente. Emilio Doménech, ese encantador corresponsal de Newtral en el país, que te explica una revuelta mientras en sus segundos libres responde tuits sobre si los Reyes Magos le han echado un patinete, compartía un vídeo en el que un vecino gritaba: «¡Si esto fuera Black Lives Matter, habría tanques bajando por Pennsylvania Avenue! ¡¡Pero están dejando que estos putos pirados tomen el jodido Capitolio!!». Un sentir popular que ha sido compartido también por algunas estrellas del pop.

En los últimos años, estas han sido unánimes (o casi) en su aversión a Donald Trump, de Billie Eilish a Miley Cyrus pasando por Lady Gaga, que actuaba en el final de campaña de Biden, o su amiga Cher. Esta precisamente se preguntaba ayer «por qué la policía de Washington DC permite y da la bienvenida a hombres y mujeres en representación de Trump, cometiendo sedición e insurrección». En la línea, a este lado del Atlántico, Marina Diamandis comparaba los «52 detenidos por actos terroristas, casi todos blancos» con los «14.000 detenidos en las protestas por Black Lives Matter». Demi Lovato se ha mostrado como una de las personas más afectadas, indicando: “mi corazón se rompe. Me entristece creer lo ingenua que fui al pensar que esto no podía pasar, pero sí pasó. Aquí estamos (…) Estoy enfadada, avergonzada y sonrojada. Estoy trabajando en el estudio en algo especial tras este asalto a la democracia”.

En España Santi Balmes de Love of Lesbian compartía una frase cuyo autor desconoce, pero que en su visión ha dado en el clavo: “Si Estados Unidos viera lo que Estados Unidos está haciendo en Estados Unidos, Estados Unidos invadiría Estados Unidos para liberar a Estados Unidos de la tiranía de Estados Unidos”. La frase lleva circulando unos meses por la red. Niño de Elche, como siempre, se salía de toda norma para cuestionar a todo el mundo: «Hoy muchos de los políticos están de enhorabuena. Los de izquierda porque podrán seguir alimentando el Apocalipsis anunciado de la ultraderecha y el fascismos. Los elegantes conservadores porque se podrán desmarcar de la bufonería del fenómeno fan. Hablarán de asalto incluso de intento de golpe de Estado y aprovecharán para hablar de la importancia de las instituciones, la democracia y los valores nacionales que las protegen. Pero ellos saben que si algo tiene de bueno la socialdemocracia liberal reinante es que desde su consenso establecido es alto improbable que los fantasmas que invocan para mantenerse en el poder, regresen. Y ellos mismos se alegrarán de todo esto porque si estos seguidores de Trump o de Bush fueran realmente fieles a sus ideales, ayer habrían hecho una matanza en pocos minutos, sin titubear, solo muerte por muerte. Pero eso solo se puede hacer por Dios, una ideología, la familia o por tu honor y no por lo tedioso que supone dirigir un Senado. Ayer se dieron cuenta que el Poder reside en otro lado».

Entre quienes decidían tomarse con humor tan graves hechos históricos, Geoff Barrow de Portishead, que compartía un meme en el que se comparaba al manifestante más visible y tuneado con Jay Kay: «Esto es lo peor que ha hecho Jamiroquai desde ‘Cosmic Girl'». En estos momentos, de hecho, Jamiroquai es «trending topic». «No sé si me gusta la dirección que Jamiroquai está tomando», indica uno. «Qué bajo ha caído Jamiroquai», bromea otro. «Esto parece Village People con Jamiroquai»… Y así todo el rato. El propio Jamiroquai, quien, por cierto, es británico, ha publicado un vídeo en el que «aclara» que efectivamente él no es el asaltante cornudo del Capitolio, y en el que aprovecha para mandar un mensaje abogando por el fin de las jaulas de animales en las granjas industriales.

Qué necesario el humor en un día como este. Pero qué irónico resulta seguir utilizando una red social para desarrollarlo, cuando la lucha contra las «fake news» es claro que llegó a las redes 4 años tarde, toda una eternidad en el siglo XXI. Algo parecido parece querer decirnos Guille Galván de Vetusta Morla, que ha cuestionado el poder de las redes, hablando de publicidad y «bulos», a raíz de la censura que la compañía Twitter decidió ejercer anoche sobre la cuenta de Donald Trump. Eso sí, utilizando Twitter por el camino: «Twitter vuelve a demostrar poder y bloquea a Trump. ¿Pero seguirán twitter, facebook and co, multiplicando algorítmicamente, poniendo publi y ganando pasta a espuertas cada vez que se mueva un video del de los cuernos o del próximo bulo? ¿Quién les controla a ellos?».

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Publicado por
Sebas E. Alonso