Es lo que han hecho ahora Wood y otras mujeres. La primera ha compartido en Instagram el siguiente comunicado: «El nombre de mi abusador es Brian Warner, más conocido por el mundo por el alias de Marilyn Manson. Él empezó a seducirme cuando era una adolescente y durante años abusó de mí de manera horripilante. Me lavó el cerebro y manipuló para ser sumisa hacia él. Estoy harta de vivir con miedo a recibir represalias, calumnias o chantajes. Estoy aquí para desenmascarar a este peligroso hombre y para poner en su sitio a las industrias que han permitido su comportamiento antes de que arruine más vidas. Expreso mi apoyo a todas las víctimas que ya no van a permanecer calladas».
También en Instagram, Wood ha reproducido a través de los stories varias acusaciones vertidas hacia Manson por mujeres que aseguran haber sido también víctimas de sus abusos, los cuales incluyen graves actos de amenazas, coerción y violencia física y sexual. Una de las mujeres, Gabriella, acusa a Manson de haberla atado y violado en la habitación de un hotel. Otras mujeres explican que Manson les impedía acercarse a otras personas contándoles que estas padecían sida y que eran «asquerosas», subrayan su adicción a las drogas o señalan que el músico es aficionado a utilizar «tácticas de control de la mente y de tortura» para controlar a sus parejas.
Hace unos meses, el locutor de radio Dan Cleary, quien fue asistente personal de Manson entre los años 2014 y 2015, daba credibilidad a todas las acusaciones dirigidas abiertamente a Warner: «Vi de primera mano lo violento y abusivo que era con su novia de entonces, Lindsay. La amenazaba con matarla, rajarla, enterrarla y humillarla delante de todo el mundo. Él disfrutaba haciéndola llorar y hacerle sentir miedo hacia él». Cleary, que ha asegurado no haber dicho nada antes por miedo a perder su trabajo por lo difícil que es encontrar oficio en la industria de la música, agradece a Manson por haberle dado trabajo pero indica que, a pesar de ser un «músico brillante», también es un «drogadicto que abusa psicológicamente de las personas».
La imagen pública de Manson, un artista detestado sobre todo por el sector más conservador y religioso, se ha ido enturbiando en los últimos años de manera irreparable. Ya en 2018, una actriz le acusó de acosar sexualmente a varias mujeres durante un rodaje. Quien tuviera a Manson en un pedestal por sus brillantes letras en las que criticaba la hipocresía de la sociedad americana o por sus esclarecedoras declaraciones sobre los asesinos de Columbine, ahora probablemente ve derrumbarse a un mito que parece haber asumido su papel de «anticristo» también detrás de los focos.
El artista, no obstante, ha negado las acusaciones a través de un comunicado en Instagram que dice así: “Obviamente, mi arte y mi vida han sido siempre imanes para la controversia, pero las recientes acusaciones sobre mí son horribles distorsiones de la realidad. Mis relaciones íntimas han sido siempre consensuadas por completo. Independientemente de cómo y por qué se esté elegiendo malinterpretar el pasado, esa es la verdad”.
Sin embargo, este comunicado no ha sido suficiente para que Loma Vista Recordings, que había editado los últimos trabajos de Marilyn Manson, se mantenga al margen. Desde el sello han decidido dejar de trabajar con él, como han expresado en este texto: “Debido a las acusaciones desagradables realizadas hoy por Evan Rachel Wood y otras mujeres nombrando a Marilyn Manson como abusador, Loma Vista va a dejar de promocionar su último álbum de manera inmediata. Debido a esto, también hemos decidido no trabajar con Marilyn Manson en ningún proyecto en el futuro”.