A las 14.30 Sony me cita en un hotel de Plaza de España para entrevistar a C. Tangana y con una organización propia de superestrella internacional, a las 14.30, como un reloj, estoy haciendo mi primera pregunta al artista en la 20ª planta. Está a punto de salir ‘El madrileño’, el disco del artista que contiene algunas de las mejores canciones de 2020, que le han dado al fin sus primeros números 1 en la lista de singles en España. Es un álbum entregado al estilo de sus múltiples colaboradores, que no son Bad Bunny ni J Balvin, sino Eliades Ochoa para combinar son cubano y un pelín de flamenco en ‘Muriendo de envidia’, Omar Apollo en un tema que mezcla corrido y R&B como es ‘Te olvidaste’ o la divertidísima rumba ‘Los tontos’ con Kiko Veneno en plan «hasta los tontos tenemos tope».
Una canción preciosa, aunque no un hit potencial, es la balada ‘Cuándo olvidaré’, que se ve irrumpida por un discurso del difunto Pepe Blanco en el que explica que él puede hacer de Frank Sinatra pero no al revés. Todas ellas se ven modernizadas por la producción de El Madrileño y Alizzz, aunque los cambios son más sutiles de lo que me esperaba. Escuchando este disco, me he acordado más que nada de la música que pegaba en los 90 en España, la cual podía ser ‘Mi tierra’ de Gloria Estefan, uno de los álbumes más vendidos de la historia de nuestro país, pese a proceder de Cuba y Miami; o hits como ‘Sin documentos’ de Los Rodríguez.
Puchito, que aparenta de cerca algo menos de su edad, 30 años, es una persona educada, pero algo dura de roer. El macarra que imaginabas o hemos visto salir alguna vez por aquí o por allá, ha empezado a desaparecer como la marca C. Tangana, en este momento un fantasma durante esta promoción. Pero se mantiene esa cierta distancia que siempre mantuvo con la prensa, pues nunca la necesitó de verdad para lograr el éxito, y para muestra sus dificultades para entrar en radio, lo cual desde luego no le quitó el sueño a la hora de firmar cosas como ‘Nunca estoy’ o ‘Demasiadas mujeres’ con un sample de Joselito.
Cuando toda esta conversación bajo estas líneas que vais a leer termina, Antón sí se muestra en una posición mucho más relajada, se ríe cuando le digo que si ahora no le importa el éxito es porque sabe que el número 1 en este país esta semana (y posiblemente muchas más) lo tiene asegurado, y se anima a hojear un libro que he editado sobre la música fundamental del siglo XXI y le mandé hace un par de semanas a su mánager, pues ‘Ídolo‘ sale en él. Se detiene concretamente en las páginas de ‘My Beautiful Dark Twisted Fantasy’ de Kanye West y, sorprendentemente, en discos como ‘Bloom’ de Beach House o ‘Kill for Love’ de Chromatics porque le recuerdan a viajes y experiencias vividas con sus amigos. Asegura que no va a echar de menos en dicho libro a Travis Scott en contra de lo que me temía. Si le preguntas si le puedes hacer una foto pasando las páginas, su respuesta es «por supuesto», lo cual no está mal teniendo en cuenta lo que debe de cobrar esta persona por posar con cualquier fruslería. Eso sí, no intentes llevar la conversación exactamente por donde tú querías.
Promocionas este disco como el mejor de tu carrera. A mí me parece el gran disco de pop-rock que no esperábamos de tu carrera, el mejor ya se verá… Pero a lo que a mí me ha recordado es al pop-rock que vendía 500.000 copias en España en los 90.
No sé si sería pop-rock, hay mucho de canción popular de España, que es fácil asociar ahí, pero no sé si hay tanto pop ni tanto rock. Hay mucha música de raíz, y desde luego la guitarra tiene un papel fundamental.
En cuanto al rock, el disco se cierra con las guitarras del tema de Calamaro, bien arriba.
Eso sí que es rock, es el único tema de rock del disco y el único que he hecho en mi vida. Nunca me hubiese creído que iba a hacer ese tema yo tampoco.
Ahora que tienes 30 años, ¿te ves asentado de esta manera en este sonido?
La gracia del disco es que aborda muchos géneros: tienes son cubano, tienes rumba, tienes bachata, tienes R&B, folk, puede que country en algún momento, tienes corrido mexicano… La esencia del disco es el viaje. Y es una esencia que permite muchos viajes distintos. A mí me gusta pero no sé qué voy a hacer en el futuro. No tengo ni idea, la verdad.
Estaba esto que decías de que con 33 años no te veías rapeando… Nadie sabe con los 30 qué va a hacer a los 40, pero parece que hay cosas que ya no te imaginas haciendo.
Sí, aunque el otro día volvió a mi cabeza la idea de que quiero hacerme un disco de rap.
Bueno, has dicho que ya está hecho.
Sí, está hecho.
Eso seguro que lo sacas de sorpresa, tipo mixtape.
No sé… (sonríe) (‘El Madrileño’) ha sido un camino muy largo, ha sido un embarazo de dos años, ha costado mucho traerlo hasta aquí. Nunca había llegado a ningún disco con tanta sensación de que era el final de algo. Porque encima no hay gira. Para mí es el redoble final… que es el principio del recorrido para el público, para que todo el mundo entienda toda la música. Esta visión la tenía ya desde el primer single, y ahora quiero que todo el mundo entienda todo como un cuerpo completo. Para mí es un lugar de llegada y no estoy pensando nada en el futuro.
¿El primer single lo consideras ‘Un veneno’?
El primer single para mí es ‘Nunca estoy’, con ‘Nunca estoy’ yo ya tenía el disco entero en la cabeza.
Pero ahora parece muy claro que ‘Un veneno’ es el punto de partida. Aunque en aquel momento solo lo entendiéramos como un single suelto. No sé cuánto podías saber que iba a ser el principio de algo de manera subrepticia.
‘Un veneno’ es el punto de partida. Lo que sabía es que pretendía ahondar por ahí. ‘Un veneno’ no fue tan exitoso, pero se mantuvo «steady», la gente a la que de verdad le gusta C. Tangana lo siguió escuchando. No sé si decir a los «verdaderos fans» por no faltar a los otros, pero es una canción que no necesitó estar en la radio ni estar súper pegada. Se mantuvo ahí porque la gente que me escucha habitualmente es de las que más consume. Las que van teniendo éxito suben, pero esta, los que se quedan… siempre la oyen. Era muy distinta y no sabía qué quería hacer, pero sí sabía que quería hacer una búsqueda. Siempre he hecho una búsqueda hacia lo más autóctono: Dellafuente, Niño de Elche, Rosalía… Luego tenía la apertura de viajar por el mundo, de entender la música latina, y ahí sí que investigué en la música latina, buscando la conexión con España, con Cuba… Todo este batiburrillo no sabía hacia dónde iba. Pero ya estaba en ‘Un veneno’, que fue la primera vez que ejecuté algo y me di cuenta de que tenía un sentido y de que tenía una gran canción. A partir de ahí abrí la vía para el disco.
«Este no es un disco que se pueda hacer sin haber vivido toda mi vida. Esa es la gran diferencia con ‘Booty'»
Pero después estaba ‘Booty’, e incluso aquella canción de branded content para un ron cubano que te salió chula, y resulta que esa sí es del rollo de este disco.
Correcto: ‘Para repartir‘ (risas). Era una dirección. Este no es un disco que se pueda hacer sin haber vivido toda mi vida. Esa es la gran diferencia: ‘Booty’ es una gran canción, y aunque haya sido todo un éxito, es experimental. En el segundo verso cambia al patrón rítmico: ¿cuántas canciones que suenan en la radio cambian de patrón rítmico? Tiene mi voz editada, yo me he hecho un rap al uso. Es dura, es difícil y aun así es un hit, pero ese hit podía haberse hecho con 6 meses de preparación. Y este es un disco que necesita toda mi vida. Si no hubiese escuchado a Kiko Veneno de pequeño, si no entendiese a El Pescaílla, si no tuviese una idea de lo que significa la canción española respecto de lo folclórico… Si no hubiese hecho una indagación por Jorge Drexler, Chavela Vargas, Omara Portuondo… no hubiese podido llegar hasta este disco. Y luego lo que te decía del embarazo: el proceso de construirlo, que no sea un disco de una cosa ni de otra sino que sea todo…
He visto tu playlist de influencias, pero de la gente que hay en esa playlist o de aquella con la que has trabajado, ¿hay discos enteros que tengas como de cabecera? Porque la gente de tu generación ha tenido sus más y sus menos con el formato disco…
De Eliades Ochoa, que es un tío al que admiro muchísimo, hago una recopilación de sus canciones normalmente. Pero hay artistas que sí son de disco, como Calamaro, que sería ‘Honestidad brutal’. De Kiko Veneno no soy tanto de discos. ‘Échate un cantecito’ me parece la leche y ‘La familia pollo’ lo ponía mucho mi viejo en casa, pero él no es tanto de discos como de haber ido haciendo una reconstrucción. De Jorge Drexler, ‘Frontera’…
Quizá cuando te inspiras en el bolero, en lo tradicional, son más singles sueltos que salieron en 7″ en los 60 y cosas así.
Es que una cosa es la composición, hay discos muy de autor a los que salen esas obras que son completas y las agarras como juntas. Y luego otra es toda la gente que bebe de la música popular, que es de otro tipo: como en el flamenco, coges las letras, vas haciendo palos y es una conjunción. Pero cuando eres compositor, Jorge o Calamaro, ellos van al estudio, componen, cantan ellos, y salen discos más redondos. Pero respeto las dos cosas. ‘Honestidad brutal’ es el mayor ejemplo de un disco que me parece entero, de obra.
Jorge Drexler es también como gran productor, ¿no? Hace cosas muy chulas.
Y «Campy», con el que lleva trabajando muchos años también.
«Me hubiera gustado tener una gran voz o dominar un instrumento. Pero no. Yo soy pura intuición. Tengo otras cosas»
Cuando fuiste a OT, la gente se quedó con lo de «Hasta luego, Mari Carmen», y poca gente con lo bien que habías cantado. Perteneces a una generación en la que hay muchísimo playback, voces dobladas, etcétera, y creo que te pusiste en serio «voy a cantar bien» en Operación Triunfo.
(risas)
Y además sales en tu nuevo vídeo diciendo que te da envidia lo bien que toca Jorge Drexler, además de tocando tú mismo unas cositas. ¿Te pica cada vez más la técnica?
Siempre me ha picado porque nunca he tenido. Me hubiera gustado tener una gran voz o dominar bien un instrumento. Eso siempre lo he dicho. O haber tenido lenguaje de solfeo. Pero no lo tengo. Yo soy pura intuición. Tengo otras cosas. Siempre he tenido envidia a la técnica.
¿Lo ves como un rasgo de madurez, o crees que se puede perder cierta espontaneidad?
Creo que tú te has fijado ahora porque has atado cabos, pero siempre ha estado ahí. Yo siempre he dicho que ojalá mis conciertos tuvieran más de interpretación y menos de performance. Toda la vida lo he dicho. Desde el rap. Desde Crema. No es de este disco ni de la madurez. Siempre me ha dado envidia. Y siempre me ha sorprendido y he admirado a la gente que lo domina bien. Aunque creo que lo mío es otra cosa, no es el dominio de la técnica.
«Creo que es Rosalía la que te tiene que contar mis créditos en su disco. Pero ya te digo: ella, la hostia. Y El Guincho, un sueño»
¿Qué hiciste exactamente en ‘El mal querer’? Estás en 8 canciones acreditado, y nunca he sabido muy bien si estás más en las melodías, en los beats, en alguna letra. ¿En qué canción crees que hicisteis más cosas juntos y podemos oírte más?
Para mí es un honor haber estado en la composición de ‘El mal querer’, pero creo que es Rosalía la que te tiene que contar de qué va su disco. A mí no me gustaría que alguien dentro de 2 años dijese cómo él piensa que se hizo mi disco. Yo del mío te cuento cómo y si te lo intenta contar otro le diré que se calle la boca. Y el de ella, que te lo cuente ella.
Cuando la entrevistamos a ella, fíjate que le preguntamos si ella había tenido algo que ver con ‘Mala mujer’, porque tenía un piano salsero y un punto más tradicional, que en ese momento asociábamos con ella. Y nos dijo algo como: «Antón y yo cambiamos ideas…», pero que no. Y no sé por qué muy bien este tema nunca ha salido.
Yo creo que sobre su disco le corresponde a ella decirlo. Y más si no ha contestado ella nunca.
Pero porque nadie se lo pregunta…
Yo no sé por qué es. Pero ya te digo: es la hostia. Y El Guincho, igual: un sueño.
En uno de los temas nuevos, ‘Te olvidaste’, pareces apelar al «hate» («que se mueran todos los hijos de puta / están hablando a mis espaldas para que caiga»). ¿Cuán lejos tienes que llegar en esta vida para que no te afecte el qué dirán y no sea un tema que tratar?
Para mí es una canción que puede ser la típica canción romántica «yo soy así y tú nunca me vas a cambiar». Pero también es una canción que siendo cabrón y maleducado, es una reivindicación de que cada uno es como es y al que no le guste que le den por el culo. Que se joda. No va tanto por el «hate» musical, va más «al que no le guste cómo soy, hay otra gente en el mundo que conocer, curiosa». Llevado a las relaciones de amor, es como cuando una persona intenta que el otro pueda ser de otra forma. Muy típico: enamorarte de una persona, y luego cuando estás con ella, eso que te enamoró ya no es. «Si a ti lo que te gustó es que yo fuera nosequé, ¿por qué ahora quieres que yo sea de otra forma?». Va de eso, más que del «hate», que siempre lo hay y siempre lo va a haber, convivimos con eso.
«Me preocupa más el punto de la lubina que el lugar del ránking. Comer es mi pasión principal, por encima del sexo y de la música»
El disco tiene un punto muy romántico, con frases como «me he cansado del primer puesto (…) las cosas que me importan se fueron contigo» en ‘Párteme la cara’ o lo de «si pierdo el talento me da igual» de ‘Muriendo de envidia’. Que además va muy bien con el estilo musical, tipo bolero.
Total, va con el lenguaje. Y eran cosas que me apetecía decir en un disco mío: «ya no quiero el primer puesto». Me parecía un mensaje guay y nuevo que dar. Es algo que me pasa habitualmente. Soy muy ambicioso, pero ya hay cosas que no me importan. Me preocupa más el punto de la lubina que en qué lugar del ránking me estás poniendo tú.
Eso es por el confinamiento…
¡Me he puesto cocinitas! Me gusta mucho comer, es mi pasión principal, por encima del sexo y de la música, y estoy un poco chef.
Pues a ver si vas al Celebrity.
(risas) ¿Masterchef, no?
«Después de ‘Booty’ todo lo que no era un superéxito parecía un fracaso. Hasta que me he dicho que yo era otro tipo de artista»
En la entrevista de Rockdelux decías que has tenido temas que no han triunfado, ¿a cuáles te referías?
No es que no hayan funcionado. Tengo un colega de siempre, Jerva, que tiene un grupo, Antifan. Son colegas, con Isidro juego al baloncesto todos los domingos. Son hermanos que llevamos toda la vida rapeando juntos, y cuando digo que no ha funcionado…
Sí, que para ellos siempre tienes buenos números. Ya lo has contado. Pero dime un tema tuyo del que esperaras mucho más éxito y te haya decepcionado.
Desde que salió ‘Booty’… piensa que cuando entras en la línea esa de eres un artista urbano que estás pegando temas a nivel mundial… Hay una parte artística, pero eres un artista urbano que estás pegando temas a nivel mundial. Y cuando estás ahí, todo lo que no sea un palo dentro de la industria y de ese mundillo -si no eres capaz de formarte como artista-, todo lo que no sea un superéxito, ya es un fracaso. Una vez que ya has tenido uno, todo lo que no sea un superéxito es un fracaso. Con esa lectura, desde ese punto de vista, muchísimos temas míos no han funcionado. Sobre todo si yo me quería interpretar desde ese prisma. Si yo era esa persona, no lo estaba haciendo bien. Pero entonces me he dicho: «espérate un momento, a ver si tú no eres esa persona y te estás haciendo un lío y tú lo que eres es un artista que está haciendo mazo de cosas, y además fíjate la vida que te estás dando». Y ahí es cuando vuelves a recolocarte y se te ocurre hacer otras cosas y valoras otras cosas.
Si me dices que esperabas 100 millones de views para ‘Ontás’, me matas.
No (risas) Ese está perfecto para haberlo hecho una tarde con Fabi. Pero por ejemplo, la colaboración con Natti Natasha… eso podía haber sido un hit de escala mundial. Pues… Se escucha un poco en Dominicana, un poco en México, un poco en Chile, un poco en Argentina… pero no es ‘Booty’.
«Sí que creo que ha salido un disco vanguardista con un punto de nueva canción española»
Me ha gustado mucho el disco, pero creo que empezando con ‘Demasiadas mujeres’, que ya has explicado que es como el inicio de un viaje, de coger un avión desde Madrid y hacia el mundo, la gente puede esperar otra cosa. Puede dar la idea de que el disco va a ser más underground, de que van a salir más esas bases, más electrónico… en lugar de remitir tanto al pop en español. No sé si esto ha sido un debate entre Alizzz y tú, el hacerlo más españolete, más orgánico o más underground.
Sigue teniendo cosas modernas a nivel producción todo el disco, pero hay que estar metido en el género, porque sí que luego se vuelve más orgánico. Por ejemplo, si escuchas el corrido mexicano tiene un toque experimental que lo aleja de las playlists de corridos. El tema de Calamaro, el arreglo es complicado, hay una mitad sin toda la batería, que es raro para un tema de rock. Está el tratamiento de las voces, trabajar sobre un pad en vez de trabajar sobre la guitarra para los estribillos… Creo que podía haber más producción o más agarrotamiento, pero la produccion ha estado al servicio de las canciones. Sí que creo que ha salido un disco vanguardista, no son puras reminiscencias de estilos. Sí que tiene un punto de canción española, de una nueva canción española.
Hay detallitos en todas las canciones, pero no me parecía que buscaras un disco vanguardista.
Para mí sí. Si tú escuchas Jose Feliciano, ‘Un veneno’ no suena a Jose Feliciano. Mi idea era reivindicar cosas pero desde un punto de vista actual. Que fuese un disco que sonase a hoy en día. A lo mejor no lo he conseguido. Al haber metido tanta raíz, tanta cosa orgánica, a ti te falla para que fuera vanguardista. Te hubiera pedido más. A lo mejor. Cuando lo miremos con un poco de tiempo… Pero creo que todos los temas están mirando al futuro.
«En el disco no pone C. Tangana, ni en ningún lado de la promo. Cada vez que pone C. Tangana pido que lo borren. Solo pone El Madrileño»
En ‘Cambia’ hablas de sacarte el vestido de Puchi (Puchito). No sé si te estás quitando un personaje de encima, o eres el C. Tangana que conocimos… El Madrileño iba a ser tu nombre, pero al final no.
Sí, sí, El Madrileño es el nombre del proyecto.
No es tu firma.
¿No es mi firma…? En el disco no pone C. Tangana, ni en ningún lado de la promo. Cada vez que pone C. Tangana pido que lo borren. Solo pone El Madrileño.
Pero no lo borras de Spotify y todo eso, porque ahí tendrías que empezar de cero. Ahí el disco es de C. Tangana.
No me importaría por los números. Si es un reto, me propongo quitar C. Tangana y dejar El Madrileño. Se le va a caer el pelo a esta gente de aquí (NdE: risas de la gente de Sony presente). Si me estás poniendo como que si no me atrevo… (risas)
Por mí no lo hagas que me haces un destrozo en mi Tidal.
Está bien reivindicar El Madrileño y que C. Tangana también esté ahí, porque C. Tangana también ha sido… Pero ahora mismo para mí El Madrileño es el nombre del artista y del álbum y es lo único que me representa.
¿Por qué? ¿Tiene algo de malo C. Tangana? También tiene canciones que muestran cierta debilidad…
Porque sí. Porque lo que se queda quieto se muere, y no me gusta pensar que me he muerto. Siempre estoy intentando ir a por el siguiente movimiento.
«Estoy deseando que la gente joven me sorprenda y haga algo diferente, pero de momento…»
¿Qué crees que va a pasar en los próximos años con la música antes llamada urbana, trap…? Creo que tiene que pasar algo ya pronto que nos toque las narices a la gente. Que nos descoloque como pasó con aquello. Tú estás haciendo un disco que no tiene nada que ver con eso. Me parece muy significativo para lo que es un movimiento cultural…
Eres el primero que lo dice. Todavía la gente me mete en el mismo catálogo. Habiendo escuchado el disco.
Huele a que la gente con inquietudes va a pasar pronto a otra cosa. Y que van a salir más cosas, que nos descoloquen tanto como PXXR GVNG.
Ojalá que suceda. Estoy deseando que la gente joven me sorprenda y haga algo diferente, pero de momento…
Drake, antes era una referencia para ti. Me pregunto si tienes muchas ganas de oír su disco. Porque yo no.
(risas) Pues viendo los adelantos, creo que no mucho. No, creo que no… Pero me gustará el disco de Drake, porque escribe de puta madre, lo habrá compuesto con «PARTY» (PARTYNEXTDOOR), y está toda la gente buena ahí… y él es muy bueno, pero sí que me falta algo. Y es lo que he intentado hacer yo con el disco, proponer algo distinto.