Música

Paul McCartney / Paul McCartney III Imagined

Paul McCartney publicó en los últimos días de 2020 un buen disco que cerraba trilogía (‘I‘, ‘II‘, ‘III‘), y además, logró llevarlo de manera fugaz al número 1 de las islas británicas. Un cuatrimestre después, el álbum ha sido revisitado por una serie de artistas que han sido «seleccionados personalmente por él», con nombres de diversos colores.

Están Phoebe Bridgers y Dominic Fike en representación del penúltimo underground; aparecen glorias de los años 90 como Damon Albarn, 3D de Massive Attack y Ed O’Brien de Radiohead; grandes nombres del R&B más modernete como Anderson .Paak y Blood Orange; talentos del tamaño de St Vincent y Josh Homme… Un elenco de lujo en el que la mayor sorpresa puede ser la aparición de Khruangbin, y no porque no conectaran sobre todo con la última etapa de los Beatles, sino por ser algo más desconocidos por el gran público.

Como suele pasar en estos casos, en ‘III Imagined’ ha habido de todo. Hay quien ha hecho una versión de la original, hay quien la ha remezclado, y hay quien la ha deconstruido por completo. Precisamente Khruangbin se han encargado de dejar completamente irreconocible ‘Pretty Boys’, que era una de las canciones más hermosas y accesibles de ‘III’. Mejor suerte ha corrido la otra gran composición universal del álbum en manos de Anderson .Paak. Por momentos parece que vamos a asistir a un mash-up de ‘When Winter Comes’ con ‘Tomorrow Never Knows’, la obra maestra que cerraba ‘Revolver’. No es eso lo que ocurre, pero al menos embriaga en su aproximación retro.

Es más de lo que pueden decir otros invitados que apenas han dejado marca, como Josh Homme, que podría estar o no en el nuevo ‘Lavatory Lil’, o St Vincent, de quien esperábamos más que unos coros y unas ambientaciones en un título que le pegaba tanto como ‘Women and Wives’.

Se agradece que este no sea un disco de remixes realizado con el objeto de tratar de emular los streamings de ‘FourFiveSeconds’, se agradece que se haya trabajado en cierta reestructuración de la secuencia, comenzando por el experimento paradisíaco de Beck y terminando ahora con una ‘Deep Deep Feeling’ que ya estorbaba a la mitad de la secuencia del disco original. Pero, como suele suceder en estos casos, rara vez se han mejorado las originales en lo que resulta un ejercicio de abstracción y vanguardismo un tanto exhibicionista de más: Ed O’Brien es de los pocos que parece haber venido a divertirse. Al final, ‘III Imagined’ sobre todo sirve para recordar que Paul sacó un muy buen álbum el año pasado. Al ritmo al que van las cosas hoy, seguro que a alguien se le había olvidado.

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