Esta noche se ha celebrado la primera semifinal de Eurovisión en Rotterdam, con un cuarto del público habitual en el estadio pertinente, debido a las restricciones de la pandemia. Puedes leer nuestras reseñas previas de las 16 canciones en nuestra guía.
Las 10 clasificadas han resultado Noruega, Israel, la canción feminista de Rusia, Azerbaiyán, Malta, Lituania, Chipre, Suecia (pese a estar menos imaginativos que de costumbre), Bélgica y Ucrania. Esto deja fuera de la final el ‘Tick-Tock’ de Croacia o la conexión con una grabación de Australia, un híbrido de Katy Perry y Dolores O’Riordan con diversos efectos.
Duncan Laurence, el último ganador con la multimillonaria ‘Arcade’, ha abierto la ceremonia con una elegantísima presentación de ‘Better Feel Something’, su colaboración de electropop con Armin van Buuren, en tonos rojos. Volverá a actuar con «nueva música» en la final del sábado.
Entre las sorpresas escénicas de la noche, Irlanda, que nos deslumbraba con una puesta en escena muy cuca, tan currada que ha provocado un retraso en su emisión, y en la que Lesley Roy parece estar recorriendo varios escenarios, solo para revelar en el último minuto que está en el mismo que los demás. Bien es cierto que Lesley no ha ofrecido su mejor actuación vocal; también lo es que Irlanda últimamente no suele llegar a la final, y ha sido eliminada como ya es tradición.
Ucrania, nuestra favorita de partida para esta noche, no ha decepcionado con una sobria pero eficiente puesta en escena para su rave apocalíptica. Por suerte sí se ha clasificado.
Sin ánimo de enfrentar a varias mujeres entre sí, lo cierto es que no dábamos abasto en cuanto a performers femeninas y no había lugar para todas en la final, entre la Ariana Grande de Azerbaiyán (‘Mata Hari’), la Dua Lipa negra de Israel (con final tipo melismas a lo Ariana Grande), la Lizzo de Malta que parte como favorita, la Lady Gaga de Chipre… Finalmente, quedaban por el camino la Halsey-Billie Eilish de Rumanía y la Beyoncé de Croacia (‘Tick-Tock’).
Con este nivel, desconocíamos si habría lugar para Hooverphonic en la final del sábado, pero el grupo belga ahora con Geike de vuelta, ha realizado una buena actuación que seguramente ha conquistado por lo que tenía de diferente a lo The Common Linnets.
Lituania y Noruega han competido por el voto casual friqui de la noche; los primeros, con una coreografía sui generis, y los segundos, con unas alas de ángel caído. Ambos han logrado pasar. No ha sido el caso de ese traje de ¿murciélago? del representante de Macedonia del Norte, del que emergía un corazón saliendo de su pecho, luz de su chaleco… y eventualmente pareciera que fuera a convertirse en bola de discoteca él al completo, para salir rodando fuera del escenario. Lástima que su balada no lo consintiera y nos dejara con las ganas.