Música

¿Pero quiénes eran Hooverphonic?

Este sábado, cuando Hooverphonic se suban al escenario del Festival de Eurovisión para representar a Bélgica, parte de los 200 millones de espectadores viendo el show se preguntará qué había pasado con ellos. La otra parte de la audiencia, la más joven y también la mayor de todas, quién diablos será esa banda totalmente diferente a lo que suele verse en el festival. En pleno debate sobre «ageism», ellos mismos se reconocen «los mayores del certamen, pero jóvenes de corazón».

Sin éxito significativo en Reino Unido ni mucho menos Estados Unidos, el grupo belga sí obtuvo cierta popularidad en algunos países europeos como España en torno al año 2000. Gracias al apoyo que recibieron muy especialmente de Radio 3, sobre todo las canciones contenidas en sus 3 primeros discos forman parte de la vida de una generación por mucho que la crítica especializada de la época no los apoyara en absoluto. Era fácil adivinar por qué: eran más acaramelados incluso que Morcheeba, casi siempre eran sólo una banda de pop, tontamente asociada a la escena trip hop. Es fácil imaginarse a Geoff Barrow de Portishead tomando trankimazines durante semanas o años por estar en la misma página de los libros de historia que a Hooverphonic. En defensa de los belgas hay que decir que son bastante anteriores a Goldfrapp, y eso incluye el juego con la canción de hoguera y circense (Alison había colaborado tímidamente con Tricky, eso sí).

Siendo Alex «Morritos» Callier el compositor principal de Hooverphonic y su productor, el grupo tuvo desde el principio graves dificultades para retener al frente a su vocalista principal. En el primer disco, el más fiel al trip-hop, canta Liesje Sadonius, pero la formación más popular, estable y duradera fue la que incluyó a Geike Arnaert. Por eso es que Hooverphonic vuelven a la primera plana, y por eso probablemente se hayan clasificado para la final de Eurovisión: no hay nada que le guste más al respetable que una reunión, y a Geike pertenecen los años dorados de la banda.

El tercer disco de Hooverphonic, ‘The Magnificent Tree’, llegó a ser doble platino en Bélgica, ‘Mad About You’ habría sido top 10 del año 2000 para nuestra redacción en caso de haber existido, el álbum se completaba con canciones tan apañadas y vehementes como ‘Vinager & Salt’ y ‘Out of Sight’, y recuerdo con muchísimo cariño un concierto en la Sala Arena de Madrid donde sonó todo esto junto a todos los éxitos de los dos primeros álbumes: la romántica ‘Eden’, la favorita del público ‘2Wicky’… y también largas conversaciones en el Gris con gente que a duras penas recuerdo sobre qué sería aquello que se oía en castellano en ‘Cinderella’. “Nunca le preocupa lo que puede pasarle a su hijo”, repetía un sample de aquella canción una y otra vez. Había internet, pero no smartphones. No teníamos otra cosa que hacer.

Desde 2002 las cosas se fueron complicando, ‘Hooverphonic Presents Jackie Cane’ supuso un bajón de calidad importante incluso para quienes teníamos el baremo más bajo que la crítica tipo Wired, y sus álbumes fueron teniendo cada vez menos proyección internacional. Geike se bajó del barco después de un par de álbumes más, y la sustituyó Noémie Wolfs entre 2010 y 2015, y Luka Cruysberghs entre 2018 y 2020. Esta última llegó a ser candidata para ir a Eurovisión en 2020, pero el festival se suspendió por la pandemia.

En esta playlist recordamos algunos de los mayores éxitos de Hooverphonic, junto a algunas debilidades de la redacción fruto de haber descubierto a la banda en una edad muy mala, como la impresionante ‘Battersea’; incluimos algún tema de sus últimas cantantes, y ojo porque estos singles continuaron logrando discos de oro y platino para Hooverphonic en Bélgica a lo largo de los años; y finalmente la reconciliación con Geike. Hay nuevo disco ya en el mercado, bajo el nombre de ‘Hidden Stories’.

Este contiene un tema que también está sonando mucho entre sus fans, ‘Thinking About You’, pero sobre todo ese misterioso ‘The Wrong Place’ que no ganará Eurovisión pero sí ha devuelto desde ya la curiosidad en torno a ellos. La canción habla sobre una mañana post-algo llena de arrepentimientos, resultando la cumbre un extraño “no te atrevas a ponerte mi camiseta de Johnny Cash”… que se entiende mucho mejor viendo su videoclip lleno de humor. Fin de estribillo, vídeo con traje de novia y producción -se trabajaron hasta 21 mezclas diferentes- conservan ese punto de locura que siempre tuvo la música de Hooverphonic.

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Publicado por
Sebas E. Alonso