‘Voilà’ de Barbara Pravi nos recuerda que no todo son números y victorias

A nuestro cronista en la final de Eurovisión no le gustó mucho Francia, pero una persona en mi fiesta eurovisiva lloró durante la actuación de Barbara Pravi. Yo estoy más cerca de lo segundo que de lo primero, dediqué mi euro a ello, y ‘Voilà’ es hoy nuestra «Canción del Día».

‘Voilà’ no pudo -por poco- hacerse con la victoria, pues esta se la quedó la buena presentación de rock de los italianos; también dudo que cuente con el poder viral de canciones tan «modernas» que quedaron segundas como ‘Soldi’ de Mahmood o ‘Fuego’ de Eleni Foureira, pero podría quedarse con nosotros para siempre como aquellas composiciones de The Common Linnets, Texas Lightning o Mocedades que aunque tampoco ganaron sí conquistaron al público al que se dirigían.

La puesta en escena, sencilla pero histriónica, con un simple pero precioso movimiento de cámara hacia el final, conecta la propuesta francesa de hoy con la Édith Piaf de 1960. En concreto con la que vimos desmoronarse en el escenario, representada en el imprescindible biopic ‘La vie en rose’. Barbara Pravi no se ha cansado de repetir que su referente es la chanson en general, y ‘Voilà’ conecta también con el lado más sangrante de Jacques Brel, el de ‘Ne me quitte pas’. En la letra de la canción, que ha co-escrito la propia Barbara Pravi, se presenta a sí misma con sus defectos y sus virtudes (se define como «una cantante a medias», en un momento dado), intentando dejar «el odio a sí misma» detrás.

En WiwiBloggs, Barbara Pravi, de ascendencia serbia e iraní, decía: «pienso que ‘Voilà’ es el final y el principio de algo. Es el final de 25 años de lucha conmigo misma para sentirme feliz y orgullosa, de entender que soy capaz de hacer cosas. Es el principio porque estoy preparada a decir hola, soy yo, y no me importa si no te gusto porque eso es lo que soy. Es todo lo que tengo, aquí estoy… voilà!».

Aunque no haya ganado, Barbara Pravi puede haber hecho historia con una de las propuestas más emocionantes desde el punto de vista teatral, una interpretación mucho más apasionada que la de Salvador Sobral. Además, otras canciones de su repertorio también resultan interesantes, como es el caso de ‘CHAIR’, yendo del formato preferido de Carla Bruni a un desarrollo de pop de cámara con ecos de Björk, Sigur Rós o incluso «spoken word»; y ‘Prière aux rêves’, más próxima a Dominique A.


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Publicado por
Sebas E. Alonso