Discos

El Petit de Cal Eril / N.S.C.A.L.H

Aunque la brevedad es una constante en la obra de Joan Pons, El Petit de Cal Eril, esta vez se supera (por lo bajo): apenas 21 minutos de duración tiene ‘N.S.C.A.L.H’. Si pestañeas, te lo pierdes. En esto tanto se parece él a sus coetáneos Renaldo & Clara o Ferran Palau: en ese afán de no llegar a la media hora. Pero, ¿quién quiere malgastar el tiempo, cuando puedes decir lo que te bulle en la cabeza en nueve temas que no llegan a los tres minutos (a veces ni a los dos)? Joan Pons confesaba a elnacional.cat que intentaron alargar las canciones y que no funcionó: “Finalmente decidimos hacer de la brevedad una virtud: canciones concretas en que nos hemos deshecho de la paja y nos hemos quedado con el grano”.

En la misma entrevista Pons explica que hace los discos “de una vez”, lo que da idea de por qué son tan breves, tan concretos y uniformes, estilísticamente. ‘N.S.C.A.L.H’ lo compuso durante los últimos tres días de 2020. Escribió dieciséis canciones, pero grabó nueve. “Sigo pensando en discos y no en canciones. Me interesa el disco como concepto”, puntualizaba. A primera escucha no está muy claro cuál es el concepto aquí, por eso. El propio Pons aclara en la entrevista que cree que es “el tiempo”.

Un tiempo circular ya que, aunque corto, el disco está repleto de temas que son espejo unos de otros, de detalles e ideas que resurgen de un tema a otro (teclados, autotune). También hace referencia Pons a la “atemporalidad” de las canciones, que parecen provenir de un pasado lejano. Si ‘Energia Fosca’ decía “hola” a los 80 más atmosféricos, un poco en la línea de The War on Drugs, aquí mejora su fórmula de pop refinadísimo y liviano. Pero esta vez con mucho más groove y una fuerte impronta del jazz-funk progresivo laietano de los setenta. Una atmósfera lograda gracias a unos teclados que suenan concienzudamente vintage y una guitarra eléctrica juguetona.

El juego con el autotune, un guiño a Ferran quizás en la inicial ‘Totes les estrelles’, es la mayor concesión contemporánea. ‘Quan estic amb tu’ sublima y culmina la onda laietana, gracias a unas guitarras y acordes muy mediterráneos y pegadizos que se prolongan en ‘Ara o mai’ con más brío y repleta de imágenes evocadoras: “Suau com una espada roent s’enfonsa en la neu” (“suave como cuando una espada al rojo se hunde en la nieve”). ‘Non tornerai’ es de una brevedad deliciosa, con un arranque mágico de guitarras y chispitas. Y Pons resulta gracioso y entrañable cantando en italiano. Las letras también ayudan a crear el ambiente mágico, gracias a versos entre naïves y trascendentales, que casan estupendamente con la música, como “Cada dia surt el sol, cada dia cau de nou” (“cada día sale el sol/cada día cae de nuevo”), en ‘Cada dia surt el sol’. ‘Las cosas que creo’, el tema en castellano apenas difiere del resto del disco: es otra muestra de la maestría de Pons para las canciones pop delicadas y bonitas.

La preciosa portada de David de la Heras otorga a nuestro protagonista y su banda una pátina de gravedad pero también ironía que contrasta con la ligereza de su contenido. ‘N.S.C.A.L.H’ es el acrónimo de “No saps com acabarà la història” (“No sabes cómo acabará la historia”). Y quizás, más que centrarse en la historia, si la hubiera, lo mejor es dejarse llevar.

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Publicado por
Mireia Pería